La halterofilia es la manera culta de llamar al deporte conocido también como «levantamiento de pesas»; consiste, efectivamente, en eso. Sencillo. Cuando se realiza como competición, la cosa va de ver quién levanta más peso (dentro de las normas de cada casa); y cuando se realiza como entrenamiento se suelen poner cosas no tan bestias pero que se levantan muchas veces, con la idea de ponerse cachas. De hecho, las pesas son el complemento estándar (antes de que se inventaran las máquinas de musculación) de eso que hace la gente en los gimnasios y que no es gimnasia sensu stricto.

La halterofilia es un deporte que, desde esta bitácora, desaconsejamos. En especial, la bruta, la de levantar pesas (o piedras), a ver quién consigue elevar la más gorda. Es lo mejor si te quieres destrozar la espalda y cosas adyacentes. Es posible que tus músculos sean capaces de soportar el peso, pero esas cositas que tenemos entre vértebra y vértebra irán anotando cada achuchón que les das, para pasarte la correspondiente factura cuando menos te lo esperes.

La otra versión del deporte no viene mal mientras no se convierta en vicio. Todos tenemos que cargar pesos en nuestra vida diaria, y conviene estar preparado; además, en algunos trabajos es necesario levantar bastante peso. Probablemente, la primera imagen que nos viene a la mente es la de «un tío cachas»: el albañil, los operarios de almacenes, etc; pero pocos onvres suelen pensar que las personas que cuidan a enfermos y ancianos son casi siempre mujeres; constantemente tienen que mover a pacientes que pesan el doble que ellas, y tratándolos con más cuidao que al saco de cemento o a la caja de frutas. Conviene tener fuerza y maña; pues no sólo se trata del peso, sino de la postura. También es importante cuando el peso no es tan grande pero se sostiene mucho tiempo y mientras haces otras cosas; es una de las tareas más cargantes de la paternidad (y yo no me puedo quejar mucho porque Hija no llegaba ni a la raya de abajo del percentil de peso y -obvio- la parte del embarazo le tocó a Sra).

El problema, como hemos dicho, es cuando lo de levantar peso se convierte en un objetivo en sí mismo. Tenemos en mente al culturista con los músculos hipertrofiados, ¿no? Es una de las imágenes más lamentables del deporte en general, y mira que llevamos unas cuantas en este bló. Quizá por eso le pusieron un nombre griego; para que pareciera algo intelectual y disimular la brutalidad. Debería haber sido halteromanía o halteropatía.

Por todo esto y más, aquí queda nuestra desaconsejación.

1 comentario en “Deportes desaconsejados: Halterofilia

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