Las Air Tere

Nuevo monumento que viene al Ávila Street Museum. Dirán ustedes que no tiene pinta de antiguo, pero sí, lo es, lo es. Además, es uno de los más entrañables para los ciudadanos de cierta edad que seguimos paseando por nuestras callejuelas. Se trata del monumento a las zapatillas de Santa Teresa. Se ubica en la Calle Caballeros, antaño una de las más comerciales de la urbe.

Las zapatillas de Santa Teresa tienen una historia fermosa. Cuentan que nuestra copatrona*, cabreada por las dificultades que las autoridades de esta ciudad le ponían en el convento (que si inspección de Sanidad, que si debe usted el IBI desde 1562, que si Patrimonio no autoriza todavía el estilo carmelitano), se fue de la ciudad cabreadísima, a fundar franquicias conventos por la geografía española. Y tuvo un bello gesto: al cruzar el río Adaja, se detuvo y se sacudió las zapatillas, diciendo «de Ávila no quiero llevarme ni el polvo». Desde entonces, no ha sido la única. Más de la mitad de nuestros currantes en edad de trabajar han emigrado a otros lugares

A lo mejor piensan vds, como siempre, que me invento todo esto; pues no. Y si no se lo creen, enseñen esto a cualquier lugareño, y exclamará «anda, la zapatilla de…» y les contará la historia.

(*) Casi naide en Ávila -excepto alguno de los lectores de este bló- sabe que la patrona original de la ciudad es la Virgen de la Soterraña (que viene a querer decir subterránea, en castellano postmedieval, nuestro favorito).

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