«Ptérodáctilo mirándose el ombligo» es una escultura (creo) de fierro morroñoso ubicada en el Jurassic Park de Las Hervencias, no preciso más la ubicación porque es grande de narices y se ve desde a tomar por… desde Segovia, casi. Endeaquí doy las gracias a nuestro amigo @gbuenadicha por indicarme el título de esta hermosa hovra de harte, yo lo desconocía.
En mi opinión, el pobre bicho está preocupado porque no tiene rotonda. La figura -no me lo negarán ustedes- es absolutamente rotondista, un «personaggio in cerca de rotonda», que diría Luigi P.; no veo claro qué extraño avatar del destino ha terminado dando con ella en mitad de un parque herbáceo de concepto abierto, con estanque de patos, columpios y otros complementos.
Imaginad al pterodáctilo metido en un gigantesco nido rotondil, así como los de cigüeña, pero en talla XXL; sería el complemento ideal. Y ya si el pajarraco, perdón, reptilaco, ¿tampoco? ¿sauropsi…daco? diese vueltas, de vez en cuando, sería la leche. Propongo instalar la rotonda-nido* en la confluencia de las calles Vallespín, Tres Tazas y Travesía de Santo Domingo.
Dado que nadie sabe exactamente cómo era un pterodáctilo, el autor ha preferido hacer una elipsis sintética y dejar volar a la imaginación, al igual que el bicho ese surcaba los cielos cretácicos, o los torácicos, que ya no recuerdo de que época era.
(*) ¡¡¡¡ARCARDE!!!! La idea de poner una rotonda dedicada a las cigüeñas abulenses, reproduciendo alguna espadaña o campanario local (los Jerónimos, Santa Ana o el Carmen), la propongo enzerio. Si se hace bien, con una torre medianamente alta, hasta igual anidan deberdá; no haría falta mucho para convencerlas.