Recordarán vds que (hace un mes o así) el Camarada me informó de que se estaba llevando a cabo la erección de una rotonda-monumento dedicada al Diario de Ávila (en este link pueden ver incluso un supuesto render de la hovra, aportado por Elzo). Pues bien, como suele pasar siempre con las cosas que me comenta el susodicho Camarada, se había enterado mal. Lo que se estaba perpetrando no es sino una rotonda dedicada a la (vida) Diaria de Ávila; esto es, lo más representativo de nuestra agujereada ciudad, antiguamente conocida como Abula, Abyla, Óbila y cualquier otra combinación que se inventen.
La rotonda se compone de la preceptiva valla de obras señalizada con cinta de colorinchis, agujero de cierta profundidad, señales de peligro provisional (fondo amarillo) y tela verde de esa de tapar desastres. Durante algún tiempo ha convivido con las obras de la red de calor que cortaron al tráfico el Paseo de Don Carmelo en sentido pallá, pero ahora vuelve a mostrarse orgullosa e independiente. El hecho de ubicarse en una de las rotondas con más tráfico de la ciudad dificulta la instalación de unas escaleras mecánicas para bajar al parque de San Antonio (concretamente, a la zona de esparcimiento perruno), que habría sido la guinda a este pastel.
El monumento en cuestión nunca estará terminado, como corresponde a este periodo de incertidumbres que atravesamos. Es posible que lo tapen y lo dejen visitable unos días, para volver a abrir el bujero y reanudar las obras, como está sucediendo con algunas calles (Paseo de la Estación, Jimena Blázquez, y las que nos quedará por ver).