Son tus huellas el camino, y nada menos.

Los tropezatorios son arte en miniatura a la menor altura posible; pequeños iconos morroñosos colocados en el suelo (vds lo ven vertical ahí en la foto, pero eso es un plano picado pabajo de una losa de la acera) que representan de una manera sutil e idealizada que algún día alguien inauguró algo relacionado con alguna cosa. Están dispersos por el centro de Ávila, y los hay de todo tipo. Les animamos a que los recorran todos, aunque es posible que algunos hayan quedado ocultos bajo las terrazas de los bares; y últimamente, tras las vallas de las obras que perforan la ciudad como los gusanos de Arrakis.

Algo peregrino

Los tropezatorios atraen tanto turismo como los centros de interpretación, o más, fijársus lo que os digo; especialmente, los del Camino de Santiago (ramal «Ruta del Bacalao», que al parecer es el que pasa por Ávila). Las multitudes de peregrinos que, saliendo desde Valencia o Murcia, recorren esta variante jacobea del camino, forman aglomeraciones que colapsan el centro de la ciudad; llegando a superar en algunas ocasiones el tráfico del carril-bici.

También tenemos losas sefaraditas

Aparte de las conchas (de su madre), hay otras placas que informan de otras particularidades de nuestra ciudad que la mayoría de los visitantes desconocen. No se preocupen, la mayoría de los abulenses también las desconocíamos. Es lo que tienen estos bajorrelieves; los ponen con buena intención pero con escaso conocimiento.

Ávila podría estar plagada de placas de éstas, pero con cosas verdaderamente útiles para el visitante; por ejemplo, informando de las tapas tradicionales de los bares. Pueden ser actuales pero también pretéritas: «Frente a esta placa se ubicaba Casa Patas: callos, morro y oreja eran sus especialidades», «Gloria a las Patatas Revolconas del Bar Germán» o «Aquí estuvo el bar Piquío, y en ocasiones servían aperitivos de ancas* de rana».

Otra posibilidad sería indicar sucesos y efemérides de nuestra rica historia, como por ejemplo: «Aquí se le cayó encima un león a un estudiante guiri por hacer el tolili, colgándose de las cadenas que unían estas esculturas» o «Aquí se quedaba la concejal más joven, aguantando toa la misa, sujetando la bandera de Ávila, por la bronca entre el obispo y el alcalde, al estilo «Don Camilo y Peppone», el día de la patrona».

Se admiten otras propuestas, seguro que lo que se les ocurra es mejor que lo que hay ahora.

(*) Ya sabemos que ahora está prohibido, pero los boomers comíamos cualquier cosa con tal de dejar a los millenials una mierda de planeta.

1 comentario en “Tropezatorios (Á.S.M. 99)

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