
El Archivador Provincial es un edificio construido en varias oleadas y que ha tenido múltiples usos. Su estilo es ecléctico e inverosímil, como pueden ver en la foto que les arrejunto. Lo que se ve a la derecha y arriba de la foto es la espadaña del (convento del) Carmen, que también forma parte de la muralla. El susodicho convento fue uno de los edificios que precedió al Archivador.
El edificio -que es lo que comentamos en este blo- es raro, pero el contraste entre sus añadidos y empalmes tiene cierta originalidad no exenta de valor estético. Por poner algún «pero», las intervenciones en los espacios y en el mobiliario urbano que tiene alrededor (tanto en la Plaza de Concepción Arenal como en la Calle del Marqués de Santo Domingo) muestran un aspecto poco adecuado, desangelado, hostil, cuadriculado, artificial, desprovisto de estilo, descuidado… En resumen, eso que uno lo mira y dice «la de dinero que se han gastao aquí pa dejarlo peor».
Este Archivador conserva, mayormente, papelorios viejos producidos por la Administración (con mayúsculas). Es posible que haya gente que alguna vez vaya a buscar alguno, no digo que no; a veces los historiadores además de admirar pedruscos viejos (como comentamos en el post anterior) también se dedican a hurgar entre documentos que informan de antiguos pleitos, ordenanzas y datos registrales; y así pueden saber de quién eran esos pedruscos o quién los heredó de quién.