¿Carril teletransporte?

Ávila es una caja de sorpresas, y prueba de ello es el monumento que traemos hoy a nuestro museo callejero. Los amantes de Star Trek están de enhorabuena, pues en la placilla innominada* que hay al lado de la Biblioteca y del Episcopio se encuentra ¡el Teleportador!, el artilugio que permitía trasladarse en un pispás desde la nave Enterprise a los distintos planetas y asteroides en los que se desarrollaba la conocida serie de ciencia ficticia. Además, es un chirimbolo de hormigón estructurado, simple y austero, el harte que nos gusta a los abulenses; ya está bien de tanto fierro morroñoso.

Prueba de la avanzada y minimalista tecnología de la NCC-1701 es que el teletransportador no muestra botones, pantallas o enchufes, ni ningún otro primitivo dipositivo de entrada/salida a los que estamos acostumbrados, ni siquiera una toma de auriculares (ahí iguala al iPhone 7). Probablemente un avanzado sistema tecnológico (que nosotros seríamos incapaces de distinguir de la magia) sea el que transmite las señales necesarias para su funcionamiento y configuración (siempre que el electrodoméstico esté en buen uso y se hayan respetado las indicaciones del fabricante).

El monumento es tan real que yo mismo he probado a ponerme debajo y gritar «Willy, teletranspórtame a la nave Euclid», pero mis deseos de viajar al L2 por la patilla han sido infructuosos. Que luego lo pienso y menos mal, porque en la nave esa no hay sitio pa sentarse, ni bar, ni siquiera tienen aseo. Euclid es como un «hueso de santo» gigante (ahora que estamos en temporada) con placas solares y antenas.

Una posibilidad que explicaría la inoperatividad del artefacto es que las pilas no vengan incluidas. O que falte algún requisito técnico-administrativo; ya nos pasó con las escaleras mecánicas y la piscina cubierta. Yo me inclino por pensar que será inaugurada, cuando convenga, por el Sr. Alcalde. O igual manda a Budiño a que pruebe primero, y termina de alcalde en Simancas.

No obstante, en el suelo de gravilla arremoliná que hay debajo del teletransportador he visto alguna colilla, y eso demuestra que (a) alguien ha fumao y (b) que hay una posibilidad de que su dueño fuese realmente transportado a otro lugar, e incluso a otro universo, dejando allí caída una efímera prueba de su paso. Titotatín tatín…

Enlace al mapa

(*) Siendo como es nuestro Excmo. Ayuntamiento, es muy extraño que esta plaza ferpectamente perimetrada** no haya sido dedicada a algún abulense de pro; más cuando en su lugar se han preferido nominar espacios de complicado deslinde como el Jardín del Padre Liquete o el Paseo Rodríguez Almeida, amén de numerosas rotondas con nombre de tipo «interacción fuerte»; esto es, inauguradas con pompa y circunstancia, su nombre pierde fuerza cuando te alejas del núcleo rotondil y ni siquiera salen en el gúguel maps, como las rotondas de Medinaceli, Las Vacas, Von Hunefeld, Brasero de la Dehesa, Enfermeras y otras tantas.

(**) Bueno, es que hasta igual tiene nombre puesto y me he perdido la inauguración o no he encontrado el cartelillo. Es que si me apuras pueden ponerse varios nombres distintos, además de a la plaza central, a la calle que va hacia la Plaza de la Catedral (entre Correos y Telefónica), al callejón que lo comunica con la Calle Tostado, y a los sucesivos poligonillos que forma tan irregular espacio por detrás de la biblioteca. Claro, que no me extrañaría que algunos lo tengan reservado para sí, como los huecos del panteón de El Escorial.

1 comentario en “Teletranspórtame, Scotty (Á.S.M. 83)

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