El tenis de mesa, pinpon, etc (muchas ortografías esiten) es un deporte que consiste en jugar al tenis con raquetas* de juguete y una delicada pelotilla (compuesta de aire al 99%) sobre una mesa como para que cenen 12 o 14 personas. Es un deporte muy extendido en el lejano oriente, países donde una cancha reglamentaria es un despilfarro de espacio y hubo que jibarizar el tenis para poder aumentar el ratio de jugadores/superficie.

El ping-pong es un deporte que, desde esta bitácora, desaconsejamos. Más que deporte es un entretenimiento de bar, algo así como el futbolín del tenis. Como juego, sólo requiere un poco más de esfuerzo que la rayuela o el twister; y menos que la comba. Anda ahí-ahí con el hulahop. Aparte, como en este último, los movimientos son repetitivos pero bruscos. Se suele jugar bajo techo, en sótanos, bodegas y antros diversos, ya que como la pelota no pesa una mierda y se desvía a poco airecillo que haya, no es recomendable jugarlo en el exterior. En su favor, diremos que el accidente más frecuente es cuando pisas sin querer la pelota y se espachurra.

Otro problema que afortunadamente ya no existe es que en mi mocedad se solía jugar en salones recreativos donde estaba permitido fumar; al que yo iba estaba en los bajos de una iglesia, junto con futbolines y billares, y la concentración de humo era tal que a veces dificultaba la visión de la pelota. Y si tenías que ir a buscar al gorrilla o encargao (el jefe, en la jerga propia de esos sitios) al bar anexo a los parroquiales salones, ya salías preparado para entrar en la atmósfera de Venus sin traje espacial ni escafandra. Y aquello nos parecía normal, y cuando se prohibió parecía que se iba a acabar el mundo, y al sonar la tercera trompeta los hosteleros serían ahorcados con las tripas de los estanqueros.

Por otra parte, está… el ruido. A ver, EL NOMBRE DEL JUEGO ES UNA PUTA ONOMATOPEYA POR ALGO. Si al pinpón se juega en inframundos es porque estar cerca es fastidioso, con ese tiqui-toc, tiqui-toc, tiqui-toc constante, terminado en el pang-pong-ping…pingping de la pelota cuando cae de la mesa y rebota por el suelo para esconderse, la muy ladina, debajo del mueble más pesado. Ahí si que te puedes lesionar seriamente, al mover el aparador viejo del sótano para sacar la pelotilla que ni con el mango de la escoba.

Por último, el tenis de mesa es el deporte nacional chino. Eso debería bastar como desaconsejación; el pinpón es al deporte lo que la acupuntura es a la medicina; entretiene un rato pero no tiene efectos positivos. De hecho, el tai-chi lo inventaron los chinos que estaban haciendo cola para que les tocase jugar (no hay mesa pa tanto chino) como una manera de desestresarse del ruidillo sin distraer a los jugadores. ¿Y a quién convencieron para jugar? A Forrest Gump.

Por todo esto y más, aquí queda nuestra desaconsejación.

(*) También llamadas palas de píngpong, aunque no sé si pasa como en el pádel, que si dices «raqueta de pádel» te miran mal.

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