La plazuela de Donfran

La Dedicatoria Morroñosa (ferrare humanum est) es otro de esos homenajes escondidos que tanto nos gustan a los abulenses. Se ubica en la Plazuela del Párroco D. Francisco López. No traten de buscarla en el Gúguel Maps porque es otro de esos espacios adimensionales/inexistentes; las viviendas que dan a esta plaza en realidad deben su numeración a las calles Francisco Gallego, Nuestra Sra de Sonsoles o Jesús del Gran Poder, que en ella convergen. La morroñosez proviene de que para realzar el homenaje se han elegido un par de largas macetas de nuestro metaaaaal favorito*, sobre las que se ha colocado una placa de metacrilato.

Vista genital, digo cenital, de la plaza, antes de la reforma.

Hasta hace pocos años, la plazuela no existía, estaba ocupada por una manzana triangular con sus casas viejas. Posteriormente fueron derribadas, y -como pueden ver en la foto ut supra– el lugar se convirtió en improvisado aparquing (sin «gorrilla», dadas sus reducidas dimensiones) para vehículos. Y, recientemente, se terraformó el espacio para enlosarlo y dedicárserlo a D. Francisco López, quien me consta que no tiene culpa de este desaguisado. Donfran, al que conocí bien (llegó a ser mi jefe en determinado momento de mi vida laboral), fue un cura con especiales dotes como impulsor de proyectos de todo tipo (de viviendas sociales, educativos, etc), hijo adoptivo de nuestra ciudad y sin duda, merecedor de una plaza. Pero de una bien hecha, que el hombre, además, entendía de construir cosas. Hasta barrios enteros, cuando se puso a ello.

Explicados estos datos, vamos a describir lo que tenemos aquí. Siguiendo el modelo de hurvanizmo imperante en la actualidad, en el primer momento se procedió a crear un triángulo enlosado y vacío, alrededor del cual se permite aparcar vehículos en batería, que el barrio anda escaso de plazas. La cosa quedaba un poco deslucida, así que se le añadieron, en la parte alta, un par de estructuras morroñosas en las que plantar arbustos que proporcionasen algo de vida a la plazoleta. Es en este engendro metálico-vegetal (como el Pokemon Ferroseed) en el que se ha colocado la sencilla placa que homenajea al susodicho párroco, y en el que no se hace referencia alguna a las importantes actividades extraparrocales que desarrolló Donfran (aparte de las de decir misa, quiero decir).

Y he aquí que hace unos días, y ante la nula atención prestada por los viandantes a este desangelado espacio, se le añadieron unos bancos de piedra y unos arbolitos que, si sobreviven a sequías, vandalismos y otras plagas, puedan aportar sombra y algo de vida al lugar. Y en este momento, hemos de hacer un inciso para mostrarles una foto de la plazoleta que, como pueden ver, presenta una acusada pendiente, pues se ubica en la ladera sur de la ciudad.

Cuesta abajo y sin frenos

Pues bien. ¿Han visto alguna vez esos documentales en los que los ejpertos se preguntan cómo los egipcios pudieron construir las pirámides sin ayuda alienígena? Pues aquí nos pasa lo mismo, pero al revés. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI se puedan colocar esos bancos manteniendo la inclinación de la pendiente?

QUE IMHOTEP OS HABRÍA CORRIDO A LATIGAZOS Y ARROJADO A LOS COCODRILOS SAGRADOS COMO OFRENDA.

QUE COMO SE SIENTE UNA ABUELA DESPISTADA, O BIEN SE ESCURRE Y SE ESNAFRA, O SI APOYA LA BOLSA DE LA COMPRA, SALEN LAS PATATAS RODANDO HASTA EL RÍO ADAJA.

Es que me puedo imaginar a los ñapas en plan «a mí que me ice, yo soy un mandao», pero cohone, ¿naide del ayuntamiento con dos dedos de frente ha visto esto? Don Francisco, perdónelos porque no saben lo que hacen. Pero es que ni p**a idea.

Con esta actuación, dos de los lados del triángulo ya tienen su engendro. Nos queda el lado este, que de momento sólo tiene un rebaje de esos para hacer accesible la acera (en primer plano en la foto de la pendiente), de varios metros de ancho, preparado para que hordas de personas de movilidad reducida puedan entrar y salir del triángulo con comodidad. Que no es que me parezca mal… Es que el barrio en el que se encuentra es ya de por sí tan hostil para este tipo de personas (escaleras, cuestas, adoquines, aceras estrechas y mal pavimentadas, por empezar a hablar) que este «detalle accesible» sólo para entrar a donde nadie entra, parece un chiste malo.

Enlace al mapa

(*) Colocar este material en algo que hay que regar y que está en la parte alta de la plazuela añade gracia al asunto; pronto pequeños riachuelos de orín salpicarán el enlosado, extendiéndose como tentáculos de Cthulhu. Claro, que recientemente @gbuenadicha me ha enseñado que también existen alcorques tapados con acero corten. O tempora, o mores.

2 comentarios en “Dedicatoria Morroñosa con trampa (Á.S.M. 53)

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