Warning: Lo del fondo a la izquierda parece un cacho de la muralla, pero solo es un decorado.

La Fuente del Bancospaña es un monumento multichorril ubicado en la Plaza de Adolfo Suárez, frente al pretencioso edificio que una vez albergó la sede provincial del metabanco por antonomasia. Tiene la peculiaridad de que echa agua*; que me dirán ustedes que vaya gilipollez tratándose de una fuente, pero han de saber que la mayoría de las fuentes ornamentales de nuestra capital y provincia suelen carecer del líquido (o sólido**) elemento por culpa de la pertinaz sequía, el progresivo abandono y la herencia recibida. En la siguiente entrada de este bló daremos cuenta de ello.

Otra peculiaridad de la ubicación de la fontana es que está en un cul-de-sac; si bien por sus dimensiones no parece un callejón sin salida, realmente es una «plaza sin salida», ya que está rodeada al sur y al este por las murallas, y al oeste por el edificio que daba el nombre oficioso a plaza y fuente, aunque ahora da cobijo a otros menesteres más económicos y hacendosos (e incluso catastralosos). Y, por terminar, por el lado abierto, que le comunica con la puerta del Alcázar y las calles Don Gerónimo y Cruz Vieja, la plaza se podría decir que tampoco invita a la visita, pues queda algo tapada por diversos accidentes geográficos.

Vista de la fuente con la muralla (esta vez, la de verdad) al fondo

Por ello, tanto la ampulosa fachada del ex-banco como la fuente pasan bastante desapercibidas, ya que los usuarios más habituales de la plazoleta son las palomas que se arriman a la fuente a beber agua y hacer sus abluciones rituales, y algún turista que se cuela por la zona, despistado, pensando que va a encontrarse algo más, aparte de la fuente y las palomas. No es así. Hubo un acceso a la muralla justo en lo que sería el fondo de la segunda foto, pero se eliminó. Bueno, hay algo más, vale… Tenemos un verraco ya informado en este bló (pero comprendan que los -y sobre todo, las- abulenses estamos acostumbrados a los verracos) y algunos pedruscos artísticamente diseminados.

Helos aquí. Pensé dedicarles una entrada propia a estos abrevadero s arremolinaos, pero por la presente, me la ahorro.

Como dato inútil y adicional, la fuente (y el jardincillo aledaño) ocupa maomeno el lugar donde estuvió el Alcázar de Ávila, una fortificación que debió de ser más funcional que majestuosa (no piensen ustedes en el de Segovia o el de Toledo, ni mucho menos) y podríamos decir que pasó casi directamente del estado de «inaugurado» al de «ruina», ya en época postmedieval, dado que al poco de terminarlo resultó que Ávila se había quedado lejos de todos esos pueblecillos con el apellido «de la Frontera».

Enlace al mapa

(*) De hecho, esta fuente se ha pasado largas temporadas completamente seca, y ha sido reparada y restaurada para relucir y remojar tal y como la ven ahora.

(**) Ex-sólido elemento, porque esa fuente se pasaba helada enero y febrero cuando yo era pequeño (aún se notaba la glaciación Wurm), y nos gustaba cruzarla con cierto riesgo para nuestra integridad. Andando, que para lo de patinar soy más torpe que un guarro chico.

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