Me encasqueta Supermon el marrón de desaconsejar el fútbol. Lo cual no sé si es bueno o malo. Porque lo entiendo poco. Pero las partes que entiendo creo que serán suficientes. Sepan ustedes que el fútbol o balompié —¿alguien dice todavía «balompié»?— es otro deporte inventado en Inglaterra. Qué perra la de los perfidoalbioneses con inventar maneras de sudar, jadear y restregarse con otra gente que no sean follar…

El fútbol es un deporte que, desde esta bitácora, desaconsejamos. Veamos por qué. Para empezar hay que juntar a mucha gente. Dos equipos de once más, los más que recomendables, muñecos de recambio. Pero si no me hablo con tantas personas, ¿cómo monto una pachanga dominguera? Y encima han de ser personas con cierto fondo físico. Porque esa es otra. Un campo de fútbol —ah, no, no voy a picar— es una cosa jodidamente grande. Aguantar un partido entero —luego hablamos de lo que dura, que también tiene tela— corriendo pa’rriba y pa’bajo puede dejar al más pintado hecho un guiñapo babeante. Y eso sólo con las carreras que te pegas. No hablemos ya del cordial intercambio de patadas, codazos y tirones en el que acabas más perjudicado que un villano de película de Van Damme.

Entrada legítima de un defensa a un delantero.

Todo lo anteriormente mencionado hay que soportarlo durante, por lo menos, noventa minutos. ¡Noventa minutos! Se os va la pinza. Y espera, que aún es peor, se juega al aire libre. Noventa minutos trotando y recibiendo hostias en condiciones climáticas hostiles. Porque con calor es mala idea, pero con frío… Todavía recuerdo con rencor a mis profesores de «educación física» —«hostigamiento al flojo» habría sido un nombre más honesto— cuando nos hacían correr por el patio a 4 grados bajo cero hasta que la boca te sabía a sangre —probablemente porque estabas sufriendo una hemorragia pulmonar—.

Y no es solución ponerte de portero. ¿Habéis visto el tamaño de la portería? He tenido soluciones habitacionales más pequeñas. Vale, no tienes que correr tanto. Pero tus alternativas no son tampoco estupendas. Si no paras el balón, te corren a gorrazos los compañeros. Y si lo paras… ¿Sabéis la energía cinética que os puede transmitir un buen balonazo? Que eso es un cacho cuero duro inflado a alta presión y lanzado a cerca de 200 km/h.

Por todo esto, y más, aquí queda nuestra desaconsejación.

Banda sonora recomendada