Creative Mode

En Ávila, a pesar de las apariencias, somos modernos para según qué cosas; por eso tenemos todo un edificio (singular y abulense, claro) dedicado al juego de moda entre chiquillos y adultos disfuncionales: Minecraft. Se ubica en la Calle Vallespín, justo enfrente del Palacio de Polentinos (A.K.A. Demia). Los jugadores pueden desplazarse por él, superar pruebas legales e incluso contraer matrimonio entre ellos, como en el SIMS. Al ser un juego tipo sandbox, no hay un objetivo predefinido.

Vista del interior del edificio

Para los que no conozcáis Minecraft, es un juego que combina la construcción y la exploración prospectiva (lo del juez Peinado), aunque su característica «marca de la casa» es el uso de bloques cúbicos* de distintos materiales, que le dan a todo ese aspecto típico de «Exin Castillos» (Lego, para los mu jóvenes). El usuario puede elegir entre distintas estrategias de juego, respetando las reglas y modalidades de cada mundo (supervivencia, aventura, social, contencioso, penal…).

El edificio siempre tiene trajín y a veces hay periodistas a la puerta y todo; por algo Minecraft es el vidriojuego más vendido de la historia. Últimamente, se quejan de que los servidores están colapsados y se han solicitado éstas y otras mejoras.

(*) Todo es cúbico, no sólo las construcciones, también los seres vivos y las personas.

¡Voy a buscar pruebas!

El edificio parece un helao de esos de tres sabores, vainilla, chocolate y nata. Faltan las galletas.

El Archivador Provincial es un edificio construido en varias oleadas y que ha tenido múltiples usos. Su estilo es ecléctico e inverosímil, como pueden ver en la foto que les arrejunto. Lo que se ve a la derecha y arriba de la foto es la espadaña del (convento del) Carmen, que también forma parte de la muralla. El susodicho convento fue uno de los edificios que precedió al Archivador.

El edificio -que es lo que comentamos en este blo- es raro, pero el contraste entre sus añadidos y empalmes tiene cierta originalidad no exenta de valor estético. Por poner algún «pero», las intervenciones en los espacios y en el mobiliario urbano que tiene alrededor (tanto en la Plaza de Concepción Arenal como en la Calle del Marqués de Santo Domingo) muestran un aspecto poco adecuado, desangelado, hostil, cuadriculado, artificial, desprovisto de estilo, descuidado… En resumen, eso que uno lo mira y dice «la de dinero que se han gastao aquí pa dejarlo peor».

Este Archivador conserva, mayormente, papelorios viejos producidos por la Administración (con mayúsculas). Es posible que haya gente que alguna vez vaya a buscar alguno, no digo que no; a veces los historiadores además de admirar pedruscos viejos (como comentamos en el post anterior) también se dedican a hurgar entre documentos que informan de antiguos pleitos, ordenanzas y datos registrales; y así pueden saber de quién eran esos pedruscos o quién los heredó de quién.

Por Javiermes – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=83456512

Las Tendrías de San Segundo (es su nombre correcto) son una serie de residuos arqueológicos correspondientes a las antiguas instalaciones donde se curtían las pieles y se realizaban otros trabajos que se ubicaron en los arrabales de nuestra ciudad, al lado del río; por la cosa de tener agua. El nombre procede de un malentendido entre un ejperto en Patrimonio y el entonces alcalde. Cuando aparecieron los restos, el munícipe preguntó «¿qué cohone son estas ruinas y que hago con ellas?», y el historiador le contestó: «Las tenerías, las tendrías que mantener», y el alcalde se lió un poco; y como entonces había perras, se hizo una tapia alrededor para la conservación y puesta en valor de este yacimiento.

Sabrán ustedes, por otras entradas de este bló, que cuando alguien reclama «poner en valor» algo, es porque ese algo no suele ser mu’interesante, y el siguiente paso es crear un Centro de Interpretación*. Si leen esta noticia que enlazo, y buscan por su cuenta otras similares, verán los sucesivos intentos de crear algo medianamente visitable en este lugar nunca han llegado a nada positivo. De hecho, la foto que traigo es de la Wiki, del autor que (re)cito, porque el sitio ese normalmente está cerrado. Recuerdo que a Hija y sus secuaces del cole les llevaron en una visita educativa, y lo único tengo que decir es que al menos ninguno se cayó a ningún bujero de esos.

Las relaciones con Patrimonio no siempre han sido fluidas, siempre está el eterno debate sobre qué valor real tienen las cosas viejas que van apareciendo en nuestro subsuelo. Últimamente las cosas no andan bien, y dicen que «el ayuntamiento desobedece«, pero es normal, los historiadores flipan con cada pedrusco que encuentran, excepto cuando Alguien Importante decide que no es necesario flipar tanto**. Otras veces, como cuando aparecieron cosas medievales al hacer unas escaleras mecánicas postmedievales, se decide volverlas a tapar «y aquí no ha pasado nada». Una opción más barata, desde luego.

Otro inconveniente del sitio es que, salvo en los casos como esta primavera de 2025 que nos ha regado con lluvias abundantes, el río Adaja no pasa de ser un arroyuelo maloliente, y no invita al paseo por sus riberas. Creo, sin embargo, que debería usarse esta circunstancia para que la visita sea más inmersiva, recordando a los visitantes que los olores del tintorero lugar en el que se encuentran serían mucho más nauseabundos cuando estaban en activo.

(*) Ávila cuenta con varios Centros de Interpretación de Cosas. Propongo al Ayuntamiento que cree un Centro de Interpretación de Nuestros Centros de Interpretación.

(**) Sobre estos cambios de criterio pueden leer la entrada sobre el Edificio del Mamoneo, de este mismo blog, en la que me consta que el criterio sobre el derribo de los edificios neomudéjares de la Plaza de Santa Teresa, al lado de San Pedro, no fue el mismo cuando lo preguntó un arquitecto del montón (AKA mi cuñao) que cuando lo preguntó el Sr. Moneo. Y vaya si se permitió derribarlos, en pro de la construcción del engendro que ahora tenemos ahí. Y tenemos más casos: el cementerio musulmán, la fábrica de harinas…

Y tan cerrá

Desde tiempos inmemoriales, las gentes de Ávila se han referido al mercado cubierto de nuestra ciudad como «la plaza cerrá», en contrayuxtaposición a las otras plazas donde se celebra(ba)n «mercados abiertos» (al aire libre), como el Mercado Chico, el Mercado Grande, el Mercad(ill)o del Rastro, el Mercado de Ganados, y no olvidemos al más esparramao, el Mercado Medieval. En estos días su nombre cobra más sentido, pues se acaba de emprender la enésima reforma con vistas a yo qué sé qué, dado el éxito de las anteriores; y se encuentra cerrado al público. La plaza cerrá cerrá.

Uno de los problemas que tiene el centro histórico de Ávila es que ya no es el centro; esto es, la desparramación urbanística de la ciudad se ha hecho como la Ventana de Overton en la política: escorándose siempre hacia la derecha (al este, según se mira el mapa). El siguiente problema es que en el centro vive poca gente. Quicir, tampoco es que en el resto de la ciudad estemos hacinados; pero juntando a todos los habitantes de las 33 hectáreas de la zona amurallada, no llenamos ni medio campo de fútbol (el nuestro, el Adolfo, en el Bernabéu cabe Ávila entera y si nos apretamos un poco, también Soria). Con esas premisas se comprende que este mercado sea cada vez un lugar menos atractivo para hacer la compra diaria u semanal. A ver, en general, el comercio abulense anda de capa caída, pero esto del centro está por los suelos, y si se mantienen algunas tiendas es un poco por la fiel y envejecida clientela, unida al magro aporte de algún turista*.

Lo más triste es que el proyecto original de «la plaza de abastos», de finales del XIX nos dejó un edificio modernista precioso, que en nada se parece al actual. Dicho esto, la reforma que yo propongo es que el carril bici y la ZBE se integren DENTRO de la plaza cerrada, para no perder las subvenciones esas, y dejen de incordiar por el exterior.

La cosa va pa largo, en los contenedores hay hueco.

(*) Esposa ha currado casi siempre en tiendas de ropa, y uno de sus taryet de mercado son l@s madrileñ@s que visitan Ávil@ medio en pelotas y se ven sorprendid@s por una bajada imprevista de temperatur@s**.

(**) Un día normal de los de aquí, vamos. Mira que venir a Ávila en agosto sin una rebequita.

Keops, Kefrén y Adoquinos

La arquitectura abulense continúa depravándonos sorpresas. La última ha sido la erección de una pirámide en plena ZBE, en el centro turístico y terracístico. Operarios municipales estaban construyéndola a toda marcha, para ver si la terminamos antes que el circuito de F1 de Madrid. Ya sólo le faltan algunos retoques y la colocación del piramidión en su cúspide. Si tiene éxito entre los turistas es posible que, a imagen de las de Giza, se complete con otras dos y con una esfinge con la efigie del faraón Chusmenofis III.

Como pueden ver, la pirámide es una réplica exacta, a escala 1:100 (maomeno), de las de la IV dinastía. Nuestro compañero y exbloguero Camarada ya está ensayando (y adelgazando) para representar el papel de Astérix en la inauguración teatralizada «Asterix en Egipto» que tendrá lugar proximamente, con el propio Alcade como Obélix, also starring García Almeida (Cleopatra) y Budiño (Numerobis).

Bai de güey, la moda de mover toneladas de terreno para dejar las calzadas (que siguen abiertas al tráfico) al nivel de las aceras, la veo como una construcción más faraónica que las pirámides, y con menos sentido. Quicir, en una calle peatonal puede estar bien, pero en calles que siguen y seguirán abiertas al tráfico (salvo en eventos y fines de semana), mucho trabajo es, y hasta crea situaciones de peligro; como alguna que he visto en la calle San Segundo, cuando turistas y abulenses despistados no tienen claro el límite de la acera, se ponen a andar por la calzada y no se percatan de que llega algún coche silencioso, patinete o ciclista.

Auditorio + Botellonódromo

Después de un Edificio Singular tan galáctico como el CRA, volvemos a la tierra. El SanFran es un lugar donde a veces los jóvenes hacen botellón (sobre todo en verano), y en medio hay un auditorio. La tradición dice que el edificio original fue fundado por el propio Francisco de Asís, a su paso por España, pero sólo lo dice la tradición; los historiadores dicen que es algo posterior; menudos hijos de fruta. El convento fue a más con el paso de los años, y luego a menos (en esa fase estamos). Tras sufrir incendios, saqueos napoleónicos y desamortizaciones mendizabalescas, quedó en la ruina. Después de su declaración como (boli) BIC en 1931, se han ido realizando intervenciones; primero, para que no se terminase de desmoronar*, y luego, para darle algún uso.

El interior de la nave principal conserva la pinta de una iglesia medio gótica, pero está desacralizada. Para su uso actual como auditorio, la intervención consistió en dejarla como estaba; esto es, el público se queda en los asientos de la nave, y quien sea que actúe, interprete, hable o explique se pone en la parte del altar. Dicho esto, si te pones de la mitad hacia atrás, ni ves ni oyes bien; aunque se empleen micros y megafonía. Se ve que los franciscanos**, cuando fueron exclaustrados en 1835, se llevaron también la acústica del templo. Otro inconveniente, sobre todo en invierno, es la temperatura: en el auditorio hace un frío de pelotas, y eso que le han puesto calefacción. La única explicación que dan los cientéficos es que el interior de la iglesia permanece mágicamente anclado en el funesto invierno de 1835; año que pertenece al final del periodo conocido como «pequeña edad de hielo«.

Aparte, en la cabecera se conserva una torre octogonal, alta y preciosa, que ha sido habilitada como auditorio más pequeñito. Se oye mejor, claro; pero al ser la parte más alta de la iglesia, todavía hace más frío.El edificio se completa con parte de lo que fue el claustro del monasterio, aunque está prácticamente reconstruido desde cero, o incluso desde bajo cero. Ahí hay oficinas y un centro de interpretación del botellonismo.

(*) ¿San Andrés? Aquí nadie ha mencionado San Andrés.

(**) No se fueron muy lejos; sino a la iglesia de los Padres Franciscanos. Pero el templo no se llama San Francisco, sino San Antonio de Padua***.

(***) Que no era de Padua, sino de Lisboa. Todo confundido. Por cierto, la torre de esta iglesia de San Antonio salió ardiendo en un incendio ocasionado por un rayo, en 1990. Para mí, que ya van siendo muchas señales de que Ávila no es lugar para franciscanos****.

(****) El primer mártir cristiano ejecutado en Japon (Nagasaki) también salió de aquí.

Ya veréis cuando aterrice la Nostromo…

Ávila dispone de un edificio específicamente construido para contactar con seres de otras galaxias: el Centro de Recepción de Alienígenas. Se ubica en la Avda. de Madrid, cerca de la Basílica de San Vicente. ¿Cómo os quedáis?

Que Ávila es una provincia galáctic-friendly es cosa sabida, y más desde que nuestro paisano Willy* escudriña el espacio sideral con sus antenas. Hay personas que afirman haber visto OVNIs, y algunos hasta presumen de haber estado en presencia de extraterrestres; también hay proyectos cientéficos (como el SETI) que analizan las señales que recibimos del espacio exterior, para ver si detectan transmisiones de civilizaciones de otros mundos; pero de momento no se ha podido comprobar nada.

Y aquí es cuando, acarrao bajo un sauce de Flor de Rosa, Willy tuvo una idea genial: si los extraterrestres se desplazan entre las estrellas, tendrán viajes para aliens jubilados. Fijo. ¿Qué mejor manera de atraerlos a este “pálido punto azul”, como dijo Carl Sagan, que poniendo un Centro de Recepción de Alienígenas? Dicho y hecho, y con la colaboración del Bar San Vicente (deseosos de promocionar sus revolconas con torreznillos más allá del Hombro de Orión o de la Puerta de Tannhaüser) se construyó este edificio, dotado con escaleras mecánicas para facilitar la accesibilidad.

Nos consta que con la antena de espacio profundo de la ESA esa, ubicada en Cebreros, se están enviando mensajes publicitarios hacia los confines del universo, con el fin de darnos a conocer a marcianos, venusianos y demás seres de otros mundos. Es cuestión de tiempo que se presenten.

(*) Además de conducir el cuete Euclid**, estuvo a punto de que renombraran a su grupo como “Técnicos de Investigación Aeroterráquea”, y ya se estaba dejado mostacho de morsa para su ascenso a Superintendente.

(**) Se nota su gestión, mientras que los Estarlín de Elonmus sólo tardan 90 minutos en orbitar la Tierra, el Euclid echa ¡un año entero! para cada goltereta, y a veces se coge días de asuntos propios.

No es lo que parece

Hoy les traigo la torre más colorida de nuestra ciudad; que según consta en nuestros archivos es una Torre de Uso Terciario. Lo pone en la güé de la Junta. Alguno dirá que eso es la Estación de Autobuses, pero no, la estación está debajo de la torre. Lo sé de buena tinta, porque he sido usuario de sus servicios cienes y cienes de veces y nunca he pasado de la planta baja. Por las escaleras a veces sube (incluso a veces baja) gente embutida en ropa apretada, de todos los sexos posibles (aunque a veces lleven capucha, no parecen Terciarias).

El principal inconveniente de esta torre es que si aparcas en el recinto habilitado a tal efecto, luego vas a salir y no hay manera, en la rotonda están todo el rato pasando coches y te tienes que meter en el tráfico gritando «¡¡ BANZAIIII !!». Eso debe de ser porque la incorporación también es terciaria.

En Ávila tenemos otra Estación de Autobuses, que ya ha salido en este bló (de hecho, fue la entrada inaugural de esta categoría), y una estación de buses turísticos, AKA Centro de Recepción de Visitantes, que ahora que lo pienso creo que no la he sacado, y mira que la tengo cerca de casa.