Como aficionado a la prensa del motor, llevo un par de días leyendo de pasada un titular de esos que te hacen saltar el detector de gilipolleces: Los cursos de recuperación de puntos se suspenden por un error del Gobierno de España. Joder con el Perro Sanxe, ni esto hace bien… Pero veamos qué hay de cierto —spoiler: nada—. En el primer sitio que lo vi fue en Autopista:

Casi siempre que leas «Gobierno de España» o «la DGT» en un titular es: mentira

Lo primero es que lo que dice el titular y lo que se atisba en el cuerpo de las noticias —porque está por todas partes con pocas variaciones— no tiene nada que ver. En esta de El País ya se contradice entre el titular y la entradilla:

¡No habrá más! De momento…

Hmmm… a ver si es algún sitio explican lo del cambio en la normativa. Me topo con otra pieza, esta en Infobae, según la cual la culpable es la DGT que «impide a las autoescuelas impartir cursos de recuperación de puntos a partir del 19 de julio» y «Ante esta decisión de la Dirección General de Tráfico, comunicada este viernes».

A la DGT le da un día por impedir cosas y nadie hace nada. Qué vergüenza…

Entonces, ¿qué ha pasado? Pues que, en efecto, ha habido un cambio en la normativa. Y que como no le ha gustado a una empresa PRIVADA, esta ha decidido tocar los cojones dejar de dar los cursos y «achacar el problema a un error del Gobierno», como explican un poquito es esta pieza de Car & Driver.

Según la empresa afectada, la culpa es de Perro Sanxe

Así que resulta que la empresa hasta ahora concesionaria se ha enfadado mucho con la liberalización que se aprobó en el mes de junio. Porque ellos tenían un monopolio —que es una cosa contraria a la normativa europea y lo único que ha hecho España es adaptarse a ella— y ya no. Y como se han enfadado han dejado de respirar. Pero la culpa, según todos los medios del sector, era del Gobierno de España. Qué casualidad…

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A ver, ya somos todos mayorinos y sabemos que los fabricantes de hamburguesas quieren vender hamburguesas y que los fabricantes de coches quieren vender coches. Lo que me resulta fascinante es que ya te digan tan descaradamente que te compres la hamburguesa y que no hace falta que te la comas. Que te la puedes insertar en el recto si te place, pero que se la compres a ellos. Porque el que compra su hamburguesa es una persona guay, concienciada y responsable. Es una hamburguesa verde, ecológica y amiga del medio ambiente, claro. Pero que no hace falta que te la comas, de verdad. Basta con que la tengas en el frigorífico, abras de vez en cuando la puerta del mismo, mires tu hamburguesa y sientas que estás «haciendo algo» por el planeta.

¡Qué exagerado eres, Baku!, diréis. JA. Ayer me topé con el anuncio de un coches que dice exactamente lo que os estoy contando. Sólo que no lo dice de una hamburguesa sino de un automóvil de precio a partir de 26.000 boniatos. Vedlo vosotros mismos, que son quince segunditos de nada.

Si no te sientes mejor persona con este carro en el garaje, es que no tienes remedio.

Os juro que fue verlo y pensar que quién sería el genio que ha dado el visto bueno a este disparate. No se me ocurre algo menos ecológico que fabricar un coche para no moverlo. Cuando lo que deberíamos procurar es que esté moviéndose el mayor tiempo posible. Y estamos jodidamente lejos de ello, como bien explica Marcos Martínez en este hilo de Twitter sobre el factor de simultaneidad.

Y es que, aunque te sudara mucho la polla el cambio climático, adquirir y mantener un coche es bastante caro. Así que comprar uno para «mirarlo» no parece una opción muy inteligente desde un punto de vista puramente económico. Pero es que, encima, que tú te compres y utilices un coche tiene un coste oculto para el conjunto de la sociedad del que no eres consciente porque ya se encargan los fabricantes de automóviles de gastar más de 4.000 millones de euros al año, sólo en Europa, para «transmitirte los valores positivos del invento». Y para hacerte creer —no sólo que eres más guapo, más sexy y más sostenible— que eres libre para hacer lo que te pete, cosa que acaba teniendo divertidas consecuencias.

Así las cosas, soy de los que aplaudió muy fuerte la iniciativa Z.A.P., del colectivo Homo Velamine, para acabar con la publicidad de automóviles. Si fue posible hacerlo con el tabaco, no veo por qué no deberíamos soñar lo mismo en este caso. Y me congratulo por lo lejos que ha llegado la cosa mientras yo estaba ocupado estudiando oposiciones y sin pisar por aquí.

¿Qué os parece?

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Leemos con regocijo que los coches sin etiqueta medioambiental ya no pueden circular por el interior de la M-30. Pero resulta curioso el muy distinto tratamiento que han dado los medios a la noticia ahora y cómo lo hacían hace once años. Vean el titular que recogimos entonces y que recuperamos en Halón Clásico. Qué chorprecha, ¿verdad?

¡Qué chorprecha!
Me voy a hartar de poner esta captura

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Hace un rato leía en Twitter una conversación de Undívaga sobre teletrabajo, ahorro energético y costes de desplazamiento. Y me he puesto a echar unas cuentas rápidas para aquellos que piensan que moverse en vehículo privado es barato comparado con el transporte público. Ojo, que estos cálculos son con mi coche: pequeño, relativamente barato —comprado de segunda mano— e híbrido. Como híbrido, aparte de la ventaja de poder entrar —de momento— en las zonas de bajas emisiones y pagar menos en zonas de aparcamiento regulado, el seguro es bastante barato. De hecho me cuesta menos que el de mi anterior coche, un utilitario diesel de la mitad de potencia y precio. Y gasta poco combustible.

En los once meses que hace que lo tengo los costes han sido los siguientes:

  • Combustible: 1160,87€
  • Seguro: 175,26€
  • Mantenimiento: 254,62€
    Incluye una revisión periódica, un antiniebla cascado por un chinazo, una ITV y una escobilla de limpia.
  • Compra: 1386,92€
    Aquí se incluyen los gastos iniciales de transferencia e impuesto de transmisiones patrimoniales y la amortización mensual teniendo en cuenta que «debería» durar diez años.

A falta del impuesto municipal, que será poca cosa, el coste total del coche en once meses ha sido 2977,67€. Que traducido a mensual serían 270,70€ al mes. Unos 24 céntimos por kilómetro recorrido.

Para llevar el registro de todos estos datos utilizo una app llamada Fuelio. También la tenéis disponible para iPhone.

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