¿Cómo? ¿Una entrada perteneciente simultáneamente al Ávila Street Museum y al Ávila Road Museum? ¿Y escrita por el Camarada en lugar de Supermon? ¿Qué fantasía es esta? Pues ya lo ven. Esta obra es tan peculiar que no tenía claro en cuál de los dos categorías debería estar incluida. Así que va en las dos y ya decidan ustedes dónde les cuadra mejor.
Pero pasemos sin más dilación a contemplar este palimpsesto viario de indudable belleza. Como ya sabrán —y si no lo sabían, ahora ya sí—, el ayuntamiento abulense mantiene desde hace meses un frenesí de obra pública de flipar. Las obras se amontonan, se superponen y acaban hasta dándose de codazos. En su afán por modernizar la ciudad, nuestro consistorio parece haber decidido que Ávila tiene que ser una especie de Tokyo castellanoviejuno y ha rendido este sentido homenaje al segundo paso de peatones más famoso del mundo*: el cruce de Shibuya.
Como puede observarse, los sucesivos pintados y borrados de pasos de peatones han alumbrado esta jungla de rayas que provoca que el cerebro te haga muaré, pantallazo azul y no sepas adonde ibas ni para qué. Cualquier parecido con la idílica imagen que muestra Google Maps en pura coincidencia.
Sólo cabe recomendarles precaución si se animan a visionar la obra en directo. Buenos días.
*Si pongo que es el primero, Supermon me capa, que seguro que para él es ese que aparece en una portada de los Beatles que ha dado para locas teorías de la conspiración.