Miré los muros de la patria mía…

El Misterioso Hidalgo es un relieve de material piedroso, colocado en un contrafuerte de los jardines del Rastro, en la calle de Santa Teresa de Jesús Jornet*, sin ninguna indicación y bien alto. De hecho, lo he visto porque alguien ha colocado ahí una pokeparada denominada «Miguel de Cervantes». Yo no creo que el relieve esté dedicado al escritor; si bien me ha dado pie para el título de esta obra; que posiblemente haya sido reciclada de algún uso anterior más noble. No entiendo mucho de estas cosas, pero cuando te ponen en una afoto sujetando así una espada es que te ha llegado el día de las alabanzas.

No sé si algún abulense conocerá algo más de esta triste figura, mi idea es que en ese mismo lugar pudo existir un antiguo caserón con este relieve y, tras su derribo, lo hayan reciclado como parte del muro. Pero bien pudiera ser que la placa tenga alguna otra intención; los que hemos visto películas de la Hammer o de Scooby Doo sabemos que es posible que algún villano permanezca oculto en un pasadizo secreto, detrás de ese rostro, pudiendo observar maliciosamente el exterior por los ojos del caballero.

La zona en la que se encuentra ha sido reformada varias veces, en lo que antaño fue una ladera con bastante pendiente y casas humildes, que baja desde el lienzo sur de la muralla. Se aprovechó esta zona para construir un parking semihundido bajo la ladera, que trata de mimetizarse en el entorno a base de poner piedras, tanto en el revestimiento del edificio como en los alrededores. El paking quedó tan camuflao (excepto si lo miras, horrorizado, desde el parque de El Rastro), que el hidalgo que aquí les traemos contempla, pesaroso, a los vehículos de los escasos turistas que son capaces de encontrar, guiados por el Gúguel, el acceso al mismo. Cuando salen también tienen complicado volver a la civilización, obligados a recorrer un laberinto de callejuelas dispuesto a modo de escape room (y esto, ojo, antes de la epidemia de obras de la BBC -Biomasa, Bujeros y Carriles- que nos invade).

En la parte superior del contrafuerte se encuentra también el Centro de Interpretación del Misticismo, que cumple con los estándares de cualquier cosa que se autodenomine «centro de interpretación», cuando ya han pasado algunos años desde su inauguración y se agota la partida presupuestaria que con tanto ánimo se dedicó, inicialmente, a eso que llaman «poner en valor»; y que realmente son algo así como un incentivador homeopático del turismo.

(*) Santa Teresa de Jesús Jornet es una santateresa catalana (como siempre ha reclamado el Institut Nova Història con la original) que en la segunda mitad del XIX se dedicó a la atención de prejubilados, jubilados y postjubilados; fundando la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Abandonados. A su muerte, la órden ya tenía 103 asilos** en España y América. Antes de fallecer dejó escrito que no quería que se perdiese el tiempo en promover canonizaciones a hermanas de la congregación, reservando esos esfuerzos para mejores fines. Con la lógica habitual de estas cosas (parece una escena de La vida de Brian), se promovió su causa, y fue elevada a los altares.

(**) El asilo que fundó Santa Teresa Jornet de Ávila no está, por poco, en la calle Santa Teresa Jornet, sino en la calle Empedrada***, casi paralela a escasos metros. Que digo yo que podían haberle dado el nombre a la otra calle.

(***) El hecho de que una calle se llamase «empedrada», como hecho singular, da idea de cómo estaría el pavimento de las calles de la ciudad en aquellos tiempos****. Bueno, posiblemente, mejor que hoy.

(****) La calle, a día de hoy, está adoquinada, por cierto.

Pablo, Pablo, ¿por qué me persigues?

«Alegoría» es una escultura de metal ahuecao (no morroñoso) sobre pedestal granítico y barandilla/quitamiedos del mismo material, con topping de banderitas y pegatinas sindicales y trasfondo en ruinas, que se ubica en la Plaza del Pueblo, frente a lo que un día fue la Casa del Pueblo*. Representa a Pablo Iglesias Posse (el original), tipógrafo y fundador de lo UGT y la PSOE (cuando todo eso era ilegal y arriesgado). He intentado sacar una afoto algo mejor, mis disculpas; pero desde la parte de arriba (que me queda más a mano) no se ve la cara, y desde la parte de abajo queda -como se ve- muy por encima del espectador.

Y vuelvo a pedirles perdón a todos vds, pues esta escultura ya lleva varios años ahí puesta y no había aparecido en el ÁSM, debido a que está en una calle de poco paso (polomenos para mí). O a lo mejor, pasaba al lado, pero me pasaba como con el personaje de la Muerte en el Mundodisco, que los mortales, cuando pasa a nuestro lado, hacemos por no verla. No obstante, el hecho de haber hecho la foto poco después de los festejos del 1º de Mayo nos permite admirarla en toda su magnitud político-social, como el Camarada cuando iba a las elecciones sindicales.

Placa, placa…

Siguiendo con la ubicación, si buscan en Google la «Plaza del Pueblo», cuya placa ven aquí encima, verán que en Ávila no existe un lugar con ese nombre. Y no sólo eso, es que si miran cómo se llaman las calles que allí se intersectan, la cosa es un poco extraña:

Es un lugar boscoso, no hay duda…

La estatua está en la intersección de la Calle de San Juan Bosco con la Calle de San Juan Bosco. No tengo una explicación clara para este fenómeno. Lo de que la Plaza del Pueblo sea de mentirijillas tampoco es raro en una ciudad como la nuestra, donde el 140% del electorado vota a partidos de derechas, y el 120% restante se abstiene por no ser ni de izquierdas ni de derechas. Únicamente se salvan las gatas del Camarada, que son miauistas-felinistas.

Y lo de denominar al happening «Alegoría» es porque tradicionalmente los movimientos de izquierda se ven (a ellos y a sus líderes) más o menos con esta pinta… «Cuando lo pides«

Vladimiro, Vladimiro, ¿para dónde vas tan serio?**

…pero lo que te llega por aliesprés se parece más a nuestra alegoría, que en su configuración actual podría representar la situación actual de la política izquierdosa local y de parte del extranjero. No obstante, en un mundo cada vez más libeggal, globalizado y conspiranoico, alguien como Don Pablo (repito, el original, deseche imitaciones) nos vendría muy bien.

Por todo esto y más, aquí queda nuestra desacon… Ah, no; que eso era con los deportes.

(*) Lo de Casa del Pueblo, millenials y posteriores, no se refiere a que esté ubicada en el mundo rural, sino al antiguo nombre de los centros+taberna donde los obreros (from now on, «el pueblo») se reunían para enjarrillarse y tratar de ver cómo mejorar las condiciones laborales, lo que frecuentemente derivaba en discusiones y escisiones al más puro estilo «Frente Popular de Judea». Tras la Guerra Civil no quedó ni una en funcionamiento, y sus clientes habituales lo pasaron bastante mal.

(**) Lo mejor del post de hoy, en cualquier caso, sería escuchar a Don Carlos Mejía, actualmente exiliado de su amada Nicaragua, por la que tanto luchó. Cosas veredes, amigo Sancho.

Mejor que en Hyde Park, andevaparar.

En el ÁSM seguimos en racha. El ayuntamiento, fiel a todo lo que tenga que ver con la sensibilidad artística y con el sano debate político, ha erigido un speaker’s corner en la plaza de la catedral. Todo aquel que quiera explicar o exponer su opinión, o las alegaciones a las Ordenanzas de Circulación, podrá encaramarse al pedestal aquí instituido y soltar su soflama a los cuatro vientos, con la esperanza de que sean atendidos.

Se recomienda, esosí, llevarse una escalerilla o al menos algún acompañante que ayude a subir, porque salvo la gente especialmente atlética, como mi amigo Eu o nuestro delegado de la JCyL, igual lo tienen un poco complicado para dar el salto. Confiamos también en que este lugar vaya haciéndose conocido entre la ciudadanía y los turistas, y hasta lo visiten, como así sucede con el rincón de Hyde Park que da nombre a este tipo de chirimbolos.

A la condición de «no estar pisando suelo nacional» que otorgan los cajoncillos sobre los que parlotean de aquel parque se añade la de estar fuera de la jurisdicción civil, que marcan los leoncillos (y anteriormente, las cadenas) que enmarcan nuestra Catedral. Todo son ventajas.

Ahí vamos

El Ávila Street Museum, que está un poco abandonao últimamente (aunque ya le he echao el ojo a una escultura que no tenía fichada) les trae un mashup de lo más coordinao entre dos de sus ovras más insignes, Los leones de la Catedral (opus 37) y Dale que lo libras (opus 78). Una combinación de fuerzas para lograr un nuevo hito en el arte conceptual y vanguardista. La obra se encuentra en la Plaza de la Catedral, y se ha pensado como un dúo granito/furgoneta. No sabríamos si llamarlo furgonito o granieta.

El artículo de Avilared.com indica que no se han producido daños personales, aunque el león no sé yo si opinará lo mismo. Técnicamente, la furgoneta se ha acogido a sagrado (como Quasimodo con Esmeralda), así que, como diría la FIA cuando el causante de un accidente es Hamilton, no further action.

Hace tiempo que no les doy la turra con alguna de mis aficiones deportivas, y hoy voy a estirar un poco la definición para (a) considerar algo como deporte y (b) desconsiderarlo. Buscar setas es un deporte (para algunos, un negocio) que consiste en ir al campo a recolectar ejemplares macroscópicos del reino Fungi, obteniendo un miniorgasmo cada vez que se localiza un ejemplar, independientemente del fin que se le vaya a dar al mismo (consumir, vender, envenenar al César…).

Buscar setas es un deporte que, desde esta bitácora, desaconsejamos. Es frustrante y puedes morir en el intento; de varias maneras; a cual más horrible. El buscador puede sufrir lesiones in situ: esguinces, caídas, ataques de jabalíes, disparos de cazadores que te confunden con un jabalí, picaduras diversas (zarzas, ortigas, serpientes, etc); y también a posteriori, tras consumir el producto. Es famoso el dicho de los micólogos: «todas las setas son comestibles, al menos una vez«; pero no sólo es eso; las setas son ejpertas en acumular moléculas de metales pesados y otras toxinas que, aunque no nos asesinen de golpe, nos van fastidiando poco a poco.

Lo de la toxicidad en sí es tema de debate. Si vds toman un libro de hace 30 ó 40 años verán que hay setas que aparecen como «comestible, riquísima» y hoy vienen como «mortal». El ejemplo de la seta de los caballeros* es el más típico: una seta fácil de identificar y consumida habitualmente, hasta que un buen día va alguien y se muere. La gracia es una toxina que funciona como un muñeco sorpresa: si no te pasas, la vas eliminando, pero si te das un atracón y alcanzas un umbral, ¡bing! te da un azipurri. Por eso desde 2006 tiene una «prohibición cautelar» de su comercialización**.

En general, pocas setas causan la muerte inmediata; suelen pasar varias horas o incluso días hasta que se manifiestan los síntomas, y en algún caso, puede pasar un mes, lo que históricamente dificultaba la identificación de las setas chungas. Algunas son tóxicas si se cocinan poco o en crudo; otras lo son si se mezclan con alcohol. Por último, hay quien las consume a modo de alucinógeno, lo que también desaconsejamos porque suelen tener efectos secundarios (entripaos, sobre todo) y es muy variable cómo afecta cada seta a cada persona. De hecho, incluso si vas a consumir una seta «buena» por primera vez, es recomendable probar sólo un poquito por si nuestro organismo no la tolera bien.

Intoxicaciones aparte, tratar de entender de setas en sí es un deporte de riesgo. Tu ves una seta y te preguntas cómo se llama (libros, internet, amigos ejpertos…), y te sale: nízcalo, mícalo, guíscano, túscany… y si la guía es multilingüe, otras tantas palabrejas en catalán, euskera***, gallego, etc. A veces un nombre vulgar designa setas distintas en distintas partes. Ah, pero hay un nombre científico, uno para gobernarlos a todos, para encontrarlos y hacer risotto con ellos… ¿no?

Pues no. Lo que para uno es un Lactarius Sabrosus, para otro es, indudablemente, el Mizcalus naränjitus, y un tercero dirá que realmente era un Lactarius riquisimus var. ketchup. Las propias setas han puesto de su parte camuflando sus intenciones, por ejemplo, los «pedos de lobo«, que antiguamente se consideraban parte de los gasterales, un grupo «poco evolucionado» (por no tener «forma de seta»); resulta que lo han mirao bien y básicamente son un «champiñón vago», que vuelve a una forma más simple, quedándose en fase de huevo y soltando las esporas cuando alguien lo pisa. Y han tenido que recolocar todas las ramas de clases, órdenes y familias, para desesperación de los estudiantes del ramo. Después de llevar un tiempo en ello, he llegado a la conclusión de que la setología consiste en algo así como tratar de representar «juego de tronos» con los nombres de las especies. Cada hongólogo organiza el tema como le sale de la punta del Phallus impudicus.

Y con esto llegamos a lo que me ha dado la idea para este post, relativo a la identificación. Se han puesto de moda las aplicaciones para identificar setas con el móvil, con IA y todo; haciendo una foto y pasándosela al poglama. Puede estar bien como juego, pero NUNCA se coman una seta identificada sólo por este sistema. Las setas son más cambiantes que la mayoría de los organismos. La más mortal de las que tenemos por aquí, la Amanita phalloides, normalmente es de un color verde botella claro, pero puede ser completamente blanca, grisácea, o tener otras pigmentaciones. «Debe» tener anillo y volva, pero puede haberlo perdido al crecer, y parecer un champiñón o -cuando es joven- un gurumelo. Y, sobre todo, está muy rica (a diferencia de otras setas cuya «parecida chunga» huele mal o sabe a rayos). Buscar setas no es un juego.

Por todo esto y más, aquí queda nuestra desaconsejación.

(*) Yo la he comido varias veces, y está rica. Y aquí sigo, para vuestra desgracia.

(**) Hay otras setas que tienen la misma toxina, y se pueden comercializar. Eso es porque todavía no se ha muerto nadie por darse un atracón de boletus. No sea vd el primero… En cualquier caso, no se dé un atracón de ningún tipo de seta. Un piquito, y ya.

(***) Lo de los vascos**** con las setas es pa echarlos de comer aparte. Un micólogo encuentra una especie aparentemente nueva, se la lleva a un vasco, y le dice «ah, sí; ziza gorrigorri txuriurdin, llamamos… Crece mucho en Atacama en años lluviosos, y nosotros cogemos a veces en arenal de Aitzuri…

(****) Robasetas, para los navarros. Que el tema de mantener secreto el lugar donde llenas tu cesta es el mantra del setero.