Jimena

La moda también tiene cabida en el Ávila Street Museum. La figura de hoy se denomina «Chica Cosmopolitan Postmedieval», y se ubica en la Calle de San Miguel, cerca de la Plaza de Santa Teresa. No suele ser objeto del turisteo, porque está un poco escondida y a trasmano, a pesar de estar en un lugar muy céntrico. Es una pena; no dejen de visitarla, porque además, esta figura, que fue regalada a la ciudad por una empresaria, seguro que les encandila.

La escultura representa a Jimena Blázquez, chica portada en el Cosmopolitan de marzo de 1107. Jimena (o Ximena) se nos aparece ataviada con un vestido largo de la época, que oculta aunque no disimula sus turgentes curvas, y parece acabar de despojarse de un complemento ideal para ir a las justas y torneos: un sombrero. Y tiene una curiosa leyenda…

Cuenta la historia que Jimena era la alcaldesa de Ávila (cuando ese término únicamente designaba a la esposa del alcalde) durante el belicoso reinado de Aifon VI. Su marido, Fernán López, avisado de la presencia de moros en veraniega aceifa tal que pallí, salió de la ciudad con todos los hombres, con idea de expulsarlos al otro lado de las montañas. Sin embargo, esto era una estratagema, pues el enemigo se presentó tal que paquí, frente a las recién estrenadas murallas de Ávila. Cientos de recios hombres armados frente a unas cuantas mujeres, ancianos y niños…

Las milicias abulenses volvieron apresuradas en cuanto tuvieron noticia de la situación, temiéndose lo peor. Maravillados quedaron, tras comprobar a su llegada que los enemigos eran idos, y la ciudad estaba inexpugnada. Ximena contó a su marido que, bajo su mando, las mujeres se habían subido al adarve de la muralla disfrazadas con lo que encontraron para parecer guerreros, haciendo entrechocar perolas y sartenes para simular ruido de armas, y así hicieron desistir a los sarracenos de intentar un ataque a lo que parecía una ciudad bien defendida.

Fernán y sus hombres se lo creyeron.

Todos hemos visto por la tele los concursos y talent-chous de cantar, cocinar, coser o hasta forjar espadas, pero, sin embargo, los profesionales más inmarcesibles del hertorno hempresarial no tienen su concurso. ¿¿¿Es que nadie piensa en los consultores???  Pero aquí llega ¡¡¡Señior Consultin!!! (oportunamente les informaremos del craufundin que el Camarada y yo pensamos montar para desarrollar esto).

Señior Consultin será el concurso de talentos por antonomasia. En él, 16 chavales recién salidos de la facultad (a los que llamaremos yiuniors) irán por todos los demás poglamas-concurso (ya tenemos apalabrados Master Clerk, Maestros de la Tonsura y Pastor X) para ofrecer su expertise a los concursantes (aunque no tengan ni idea de lo que va el otro concurso, ahí está la gracia).

Los yiuniors formarán teamworks con los concursantes, y tratarán de organizar sus FTEs, mediante daily meetings, planes de negocio, cronogramas de hitos, matrices RACI, PERT charts, gromenauers y todo tipo de finstrows.

Como norma, los yiuniors siempre irán trajeados (aunque algún concurso se desarrolle en una isla costarricense); los viernes se les permitirá ir de casual (en plan cayetano), y, sobre todo, tiene que quedar claro que echan más horas que los demás concursantes juntos.

Cada sábado, en el programa especial del weekend, reportarán sus avances semanales al Project Leader (personaje por determinar; pero a su lado, Risto Mejode podría parecer buena persona), y por la noche se irán al afterwork a beber y fornicar entre ellos. En este programa se determinará quién ha obtenido el win-win de la semana; esto es, la recomendación más cipótica que haya sido aceptada por sus stakeholders (sin ser relevante que estas recomendaciones les hayan hecho avanzar o ser expulsados en sus respectivos concursos).

El premio será entrar de becario en empresas del ramo.

Nosepass a punto de evolucionar

El monumento al Pokemon Nosepass es una muestra más del compromiso de la ciudad abulense con las nuevas tecnologías, el metaverso y el mundo gamer, en línea con la distinción «Ávila, Clever & Smart City». Se ubica en la confluencia de la carretera del Espinar con la carretera de Madrid, denominada Avda de Juan Carlos I o Carretera Villacastín-Vigo o N-110 (Soria-Plasencia) o N-501 (Madrid-Salamanca). Ahí, tojunto en una misma línea, como ecuaciones equivalentes.

El origen de la figura es extraño. Parece ser que a Nalvillos Blázquez, un empresario local, le salió como regalo en un Phoskitos, lo que desató las protestas y envidias de sus compañeros de la Cámara de Comercio, que entendían que puesto que el Phoskitos había sido cargado a la entidad como dietas por parte del empresario (la costumbre), el regalo debería ser propiedad de la Cámara. El empresario adujo que, dado que no iba a regurgitar el pastelillo, tampoco iba a entregar el regalo. Esto estuvo a punto de provocar la desaparición de la Cámara de Comercio. Después de años de disputas, Nalvillos decidió donar la figura a la ciudad, para que no hubiera rencillas.

Nosepass es un Pokémon de tipo roca introducido en la tercera generación. Está realizado en fierro morroñoso (y ya van 3 de 3 hovras). Persisten las dudas sobre si el Pokémon está bien orientado, o si realmente se trata de un Probopass sin bigote.

Pincho antipalomas

En la entrada de hoy les mostramos uno de los monumentos más desconocidos de Ávila, el dedicado a los pinchos antipalomas, esos cacharros que, colocados en terrazas y azoteas, aportan un plus de fealdad arquitectónica. Bueno, y dificultan algo (no mucho) el posado de tan repelente pajarraco, foco de parásitos y deposiciones corrosivas. Está ubicado en el Pantano de Fuentes Claras, pequeño embalse ubicado en las cercanías de la capital, debajo del antiguo vertedero de basuras.

Cuentan los mayores que antiguamente este engendro echaba chorrazos de agua, que contribuían a oxigenar el charco en el que se ubica, pero quedan pocos abulenses vivos que lo hayan visto funcionar. El hielo, la mierda, y el elevado consumo energético parece que dieron al traste con el mecanismo.

Se intentó sacar cierto rendimiento al oneroso chisme, alquilándolo a los de Juego de Tronos para representar el trono de hierro, pero cuando se presentaron los de HBO para rodar las escenas preliminares fueron atacados por los gansos del Molino de la Losa, muy territoriales. La productora desistió, y como consecuencia del ataque, hubo que prescindir del personaje de Aerys Targaryen y Lord Varys pasó a ser un eunuco.

Pululando por el juguete ese que parece que ya no se va a comprar Eloncio Almizcle, me he encontrado con esta maravillosa imagen de un cartel a la entrada de la central hidroeléctrica de Ézaro (el autor de la foto es Javier Pozo Castillo).

Cartel a la entrada de una central hidroeléctrica
Aquí hay tomate.

Tiene toda la pinta que en algún momento ha habido en esas instalaciones algún accidente laboral y las partes implicadas se han estado dando de palos para determinar la responsabilidad acerca del mismo. Me encantan este tipo de carteles. Es por eso que me fascina esta joya en el recinto de la Ermita del Cristo del Caloco, en la provincia de Segovia.

Papeleras, urnas y pelota. En ese orden.

¿Qué cojones ha tenido que pasar ahí para que «no enterrar urnas funerarias» aparezca antes que «no jugar a la pelota»? Sólo podemos imaginarlo. Pero, joder, qué historia tiene que ser…

Banda sonora recomendada
Engranaje relojero

«El Relojero de Ávila» es un monumento extraño, como la mayoría de los chirimbolos del Ávila Road Museum. Realizada en fierro morroñoso, como la hovra anterior («La Bragueta de Villatoro»), la pieza representa un engranaje de un reloj postmedieval, una rueda dentada cuyo giro marca el paso del tiempo; y hace referencia a una actividad muy tradicional en nuestra provincia.

Como está frente al lienzo norte de la muralla (ese que, cuando nieva, sale por la tele con los chavales deslizando el culo por la laera), es visto frecuentemente por los turistas que, desde la distancia, lo interpretan de diversas maneras: «¡Es el pokemon Klinklang!», «¡Es el giratiempos de Harry Potter!»; los franceses son los que más se acercan: «C’est Monsieur Chrono!».

Como ubicación más precisa, está en la Avda. Madrid (nuestra vía más rotondil, ya lo verán si nos siguen), en el punto en el que parte la Ronda Vieja (cuesta de adoquines que rodea la muralla y suele salir por la tele con ocasión de diversos eventos deportivos); en sentido contrario está la Calle del Molino del Carril (conocida en Ávila como «los Guindillas»). Para rematar con el tema de costumbres abulenses, en las fiestas del barrio más fiestero (y pro-vacuna) de Ávila, en esta zona se procesiona y baila al ritmo del pasodoble «El Gato Montés». Que pensaréis que me invento toas estas insensateces, pero no; semos asín. Denle like y suscríbanse.

Viendo el saldo entre importación y exportación de series de ficción en este país, creo que salimos ganando. Exportamos con éxito gran cantidad de ponzoña nuestras series más representativas —Ana y los 7, Médico de familia, Un paso adelante, Los Serrano, Cuéntame cómo pasó…—, que se adaptan en sitios de esos del extranjero. Que se las lleven lejos y que no vuelvan. Y, a veces, tomamos una idea de fuera y hacemos una cosa bastante decente, como es el caso de «Vota Juan». Cambiar Cuéntame por esta que comentamos hoy me parece un negocio redondo.

He visto en algunas críticas comparar a «Vota Juan» con «Veep» pero, como esta no la he visto, lo que pasó por mi cabeza nada más empezar a verla fue el producto original —del que «Veep» parece ser la versión estadounidense— del mismo creador, Armando Iannucci: «The Thick Of It». El protagonista de «The Thick Of It» es un personaje llamado Malcolm Tucker, interpretado por Peter Capaldi, Director de Comunicación, hombre fuerte del partido —¿Qué partido? Da igual, las tripas de todos se parecen— y mano derecha del Primer Ministro. Por cierto, me parece escandalosamente bajo el número de votos y críticas que tiene esta serie en Filmaffinity. Vayan a Filmin y se la vean, que merece la pena.

Lo mismo te hago de Time Lord que de político hijoputa.

En «Vota Juan» hay un personaje similar a este pero, aunque tiene un peso importante en las tramas, no es el protagonista. El protagonista absoluto es Juan Carrasco —magistralmente interpretado por Javier Cámara—, un político mediocre de Logroño que ha terminado siendo ministro de Agricultura y que nos arrastrará a los más fangosos abismos de vergüenza ajena y vicisitud.

¡Que dejes de hacer las comillas, Juan!

Carrasco aúna todas las facetas asquerosas de los políticos patrios con las de un über-cuñado que ríete tú de Martín Varsavsky. No tiene ni puta idea de nada que no sea reptar y maquinar—y ni eso se le da bien del todo— contra sus propios compañeros de partido. Dice una cosa y acto seguido la contraria porque es un metepatas, o no entiende a su interlocutor o quiere quedar bien con él a toda costa. Los momentos de vergüenza ajena se suceden a un ritmo difícil de asimilar y Juan no deja de caer bajo y seguir cavando a lo largo de la serie. A su lado estará siempre fiel su jefa de comunicación, Macarena, interpretada por María Pujalte. Aunque Macarena debería ser la voz de la cordura que frenara las idioteces de Juan, lo cierto es que siempre acaba dejándose liar por este ya que, como ella dice, «cualquier cosa antes que volver a Logroño».

Macarena no quiere volver a Logroño. Quién querría…

Durante la primera temporada veremos a Juan maniobrar para presentarse a las primarias del Partido —¿Qué partido? Da igual, las tripas de todos se parecen— y acabar cumpliendo su sueño de llegar a la Moncloa. Así asistiremos a la sucesión de búsquedas de apoyos y avales, filtraciones a la prensa, aprovechamiento de cualquier acto para hacer campaña y aireamiento de trapos sucios de tus rivales con tal de llegar a la meta. ¿Y cómo acaba la cosa? Bueno, tendréis que verlo pero Juan es el rey del #SaleMal y del #NoSePodíaSaber.

La segunda temporada, titulada «Vamos Juan», arranca dos años después. Carrasco ha vuelto a Logroño —como podéis adivinar, no llegó a la Moncloa—, da clases —mal— de biología y se muere de asco. Hasta que se decide por volver a Madrid y crear un nuevo partido —¿Qué partido? Da igual, las tripas de todos se parecen— para presentarse a las Generales y huir de que los alumnos —y sus padres— le partan la cara de vez en cuando.

Juan no escarmienta.

El humor se vuelve, si eso es posible, aún más negro a medida que Juan intenta conseguir financiación y fichajes para su nuevo partido. Contará para ello con la ayuda de su fiel Macarena y con la de su hija Eva, interpretada por Esty Quesada. Aunque este personaje ya tenía algunas apariciones en la primera temporada, en esta segunda ganará peso y nos dejará grandes momentos de incomodidad. Eva sí será, a su manera, la voz de la cordura. A su muy peculiar manera.

Mi padre es gilipollas.

La segunda temporada me ha parecido incluso mejor que la primera. No quiero contar mucho de la trama para no destriparla, pero ya os adelanto que tiene muchos momentos en que no sabes si reír o llorar de la mucha vergüenza que os hará pasar. Y no cabe esperar que la aventura termine bien, claro.

¿A qué se me parecen esos papeles que destruye Juan?

A falta de ver la tercera, y última, temporada —«Venga Juan»—, no puedo hacer más que recomendarla. A ver si con productos como este se revoluciona un poco la comedia española. Que falta le hace.

Banda sonora recomendada.

langarto

La América Precolombina y Postmedieval también tiene su sitio en el Ávila Street Museum. Al final del conocido como Jardín del Recreo o del Dos de Mayo se ubica esta pétrea maravilla denominada «Jurassic Park». El monumento representa un Tyrannosaurux Rex en actitud amenazadora, y fue donado a nuestra ciudad por el Gobierno de Nicaragua, queriendo simbolizar cómo los conquistadores españoles fueron los grandes depredadores  del territorio chorotega. La corporación municipal contestó al embajador con un sincero «¡Viva Honduras!».

Nicaragua no aportó mucha más información sobre la estatua, pero la hemos sometido al rigurosos análisis de nuestros ejpertos. Veamos… La obra es antigua de narices, porque tiene líquenes pegaos en la cabeza. El pedestal bien se ve que salió barato. Algunos afirman que realmente se trataría del dios Cipactli sentado en el retrete, lo que también podría dar otro sentido a la dedicatoria. Otra posibilidad es que la obra sea la única escultura realizada por el poeta Rubén Darío, vinculado a la localidad abulense de Navalsauz. Se trataría de la perdida, aunque citada por algunos biógrafos, «Oh resacón, mi resacón»; lo que, de confirmarse, le otorgaría un valor incalculable. El líquen sobre la cocorota representaría a la absenta, «la musa verde» de pintores y poetas.

Bola Extra 1: La escultura se ubica en el mismo mismito lugar donde estuvo colocado, χρόνια και χρόνια, el Monumento a las Jlorias Abulenses (más conocido por alguna extraña razón como «La Palomilla» ), y que ahora vuelve a estar en la Plaza de Santa Teresa.

Bola Extra 2: En el fondo (inferior derecha) de la afoto se puede ver la antigua y jurásica Estación de Autobuses de Ávila, actualmente sede local de QAnon.

Cremallera

Comienza la sección Ávila Road Museum con esta simpática obra. La Bragueta de Villatoro es un rotundo homenaje al accidente geográfico que ocasionalmente mitiga nuestra pertinaz sequía; pues han de saber vuesas mercedes que, igual que en otras latitudes se asignan metáforas y metonimias a los vientos (cuando «soplan» vientos ábregos, tramontana o el Moncayo), en Ávila se asigna esta procedencia «de la bragueta» a los vientos húmedos que, favorecidos por el desnivel del Puerto de Villatoro (al oeste de la capital) y libres del perverso efecto Foehn que castiga a las borrascas del sur, son capaces de regar ubérrimamente nuestro suelo cual Manneken Pis meteorológico. La propia obra en sí es otra metáfora.

Este exvoto pagano está realizado en fierro morroñoso, el material preferido de los artit-tas modernos. Se encuentra en la Avda de Madrid, en su confluencia con la Avda. de Portugal. Anteriormente en este mismo sitio hubo una fuentecilla; pero la ubicación de la rotonda, en una umbría, favorecía la formación de icebergs.

El cruce, como tantos otros de nuestra ciudad, estuvo regulado por semáforos hasta que el movimiento rotondista se impuso. La revolución semaforoclasta fue tan agresiva en Ávila que prácticamente hay más semáforos en el Parque Infantil de Tráfico que en el resto de la ciudad; se conservan a modo de reliquia para que los niños pueden identificarlos y sepan cómo comportarse cuando viajen a ciudades normales.

La Isa

Antes de ser una serie de televisión, Isabel fue una reina de Castilla (y más sitios), que demostró su noble carácter desde el mismo comienzo de su reinado: usurpando el trono. Aunque en ejste bló somos (y siempre seremos) leales a la legítima reina, Dª Juana Trastámara Avis, hemos de describir (con gran pesar de nuestro corazón) el busto* de Isabel, que ocupa uno de los lugares más postmedievales de la ciudad: al lado del Torreón del Homenaje (el más alto de la muralla), en el comienzo del Paseo del Rastro desde la Plaza de Santa Teresa.
Lo que sí que hemos de reconocer es que todo lo relativo a la erección de esta obra fue un acierto. En primer lugar, la expresividad de la escultura; el autor ha sabido captar ese carácter imponente que la reina siempre supo mostrar en el ejercicio de su mandato; esa mirada que sin duda dedicó a Enrique IV, a Boabdil y a tantos otros amigos y enemigos. Vamos, que destila malaleche. Que si le pilla al escultor, no le habría dicho eso de «troppo vero»; le habría mandado a su confesor Tomás a que le relajase.

Siguiendo con lo de la erección, véase el simbolismo de su ubicación con fondo vegetal; me faltan las palabras para sintetizar cómo se expresa, diciendo pero sin decir, que Isabel tuvo que desempeñar un oficio en el que se prefiere, en el mismo grado, el varón a la mujer, por el artículo 57. Y qué decir del pedestal, qué hay más abulense que el granito, que aporta altura y firmeza. Recordemos que Isabel nació en Madrigal of the Hightowers, localidad muy abulense y mucho abulense.

And last but not least, la estatua está en el sancta sanctorum del Ávila Street Museum, el lugar con mayor densidad de arte local; un enclave donde Isabel tiene cerca a otras estatuas de insignes abulenses, como Santa Teresa o Santa Teresa (es que hay dos estatuas de Santa Teresa en la Plaza de Santa Teresa).
* La extraña polisemia de la palabra busto en castellano probablemente conduzca a que algunos, los más aficionados a la serie televisiva, estéis pensando en algo como esto. Pues no…

Michelle