Crómlech de Hacendado

En Ávila disponemos de un monumento megalítico postmedieval, dispuesto artísticamente en círculo alrededor de una fuente que tiene nombre, pero no sé si es Fuente Nueva, Fuente de las Hervencias o Fuente de la Nava*. El monumento tiene un círculo exterior de cerca de 30 bonitos hitos de granito, y uno interior de ocho o diez bancos de piedra poliedra. En la foto saco solo medio círculo porque mi móvil no tiene gran angular, y -sobre todo- porque había una señora paseando a su perro en el otro lado y no era plan de perjudicarla.

Al igual que sucede con el Stonehenge original, todavía no se conoce a ciencia cierta la finalidad de esta construcción. ¿Se trata de un primitivo observatorio astronómico? ¿Tenía alguna finalidad religiosa? ¿Forma parte de la Herencia Recibida? Preguntas sin respuesta. En cualquier caso, mientras yo meditaba sobre esto, el perrito de la señora tuvo a bien -por fin- hacer sus necesidades en el mismo borde del círculo.

Los materiales empleados, sin ser yo experto, son de procedencia diversa (los tamaños, texturas y hasta el tipo de granito son diferentes); probablemente se hayan reciclado de nuestro rico patrimonio pedruscal. La disposición de los mismos, separados entre sí tres o cuatro pasos, es aparentemente caótica y no muestra signos de alinearse con los solsticios ni con los armisticios, pero no descarto que la haya. De hecho, el perro anteriormente citado tuvo a bien soltar su carga justo en el lugar que marcaría la dirección Oeste, cerca del camino principal que, como la Avenida de las Esfinges, comunica el cromlech con el mundo de los vivos (o de los jubilados, que estamos en Ávila).

No he sido capaz de verificar si en este lugar se hacen rituales al comienzo del verano, como en Stonehenge o en Midsommar. Por si acaso, el obispado de Ávila, siempre pendiente de sus feligreses, ha querido compensar las perniciosas influencias de este pagano lugar construyendo una iglesia (es la más reciente y menos postmedieval de todas las que hay en Ávila) justo al lado de este centro de energía telúrica, cósmica y domótica.

(*) En el Gúguel Maps, la rotonda de al lado tiene esta última denominación, pero a mí no me suena ninguna fuente de la Nava** en Ávila. En Navarredonda de Gredos sí que hay una, alrededor de ella se desarrolla la Feria Mayor de Ganado de Santiago (que no se celebra el día de Santiago sino el siguiente, el de Santa Ana).

(**) Según la RAE, nava es voz prerromana que también existe en euskera (naba), y que se refiere a un terreno sin árboles, llano y encharcable (lo que cuadra ferpectamente con «la Nava» de Navarredonda y con mis simpatías por el Athletic).

¿a quién no le va a gustar…?

El Á.S.M. tiene de todo, y los monumentos que hoy traemos ante sus fauces son pequeñas muestras de cómo se reciclaba de verdaz en la antigüedad, no como ahora que lo tiramos todo a contenedores de colorines. Sepan vuesas mercedes que la muralla de Ávila está llena de piedras que antes de ser muralla fueron otra cosa: verracos, estelas, lápidas… De hecho, las piedras talladas de la foto proceden de un cementerio romano; y mil años después de servir como receptáculo para depositar las cenizas de algún ex-romano, fueron reutilizadas como another brick in the wall. Y otros mil años después, ahí siguen.

Estos curiosos pedruscos se colocaban horizontalmente (claro, si no se caen las cenizas) y con tapa (los romanos lo llamaban tuppermortis en latín vulgar); el pequeño redondelillo con surco servía para echarle al difunto una dosis de algún fluido para aromatizar el receptáculo y revitalizar el cutis, evitando que el ancestro en cuestión se dedicase a maldecir la fertilidad del pater familias o provocar la bajada del Ibex-35 mediante la intercesión de Nona, Décima y Morta. De esta manera, el espíritu podía pasear por los campos, acariciando las espigas de trigo mecidas por el viento y escuchando a Hans Zimmer.

Otra muestra de reciclaje postfunerario en Ávila tuvo lugar con el cementerio musulmán; que en este caso se convirtió en una urba de pisos y adosados con piscina comunitaria y pista de pádel. Pero esa es otra historia.

Teniendo en cuenta estos lapsos milenarios entre uso y uso, recuerdo a los lectores que a la vieja estación de autobuses (que en época postmedieval albergó el campo de fútbol del Real Ávila) todavía le quedan más de 900 para que sea reconvertida en otra cosa; probablemente se ubique ahí el futuro Centro de Interpretación de la España Vaciada.

A quién no le va a gustar una herencia recibida del siglo I…

El Ávila Street Museum está más callejero que nunca, con otra muestra de arte provisional NPNM (No Postmedieval, No Morroñoso). Se ubica (temporalmente) en la Plaza de Santa Ana, y se compone de un tocón de cedro, un monturro de losas de Granito del Güeno, una escarbación rellena de cemento y un Diagrama de Venn realizado con vallas amarillas y azules; amén de otros achiperres provisionales. El engendro se denomina «Herencia Recibida», vocablo que la Inteligencia Artificial ha generado para referirse a un nuevo estado mental, a mitad de camino entre el nirvana y los Cerros de Úbeda.

Aunque parezca mentira, dentro de este pequeño perímetro (inferior a 0’004 Bernabéus* de superficie), se han producido dos eventos cuasicatastróficos, separados entre sí por 9 semanas y media, que han afectado a nuestra peripatética ciudad: la caída de un gran cedro y un reventón con inundación; ambos, afortunadamente, sin víctimas. Bueno, el cedrito (pobrecito) ha fallecido; si bien su caída provocó momentos de tensión, pues es una calle muy transitada (a ver, no es el cruce de Shibuya, pero por ahí pasa gente al cabo del día) y era un ejemplar tan grande que se temía pudiera haber atrapado a alguien.

Lo del cedro fue cosa de la borrasca Ciarán, que Eolo envió contra nuestra ciudad, como si fuéramos la flota de Eneas, doblegando a este gran árbol. El otro incidente, el reventón, expulsó al exterior varios concursos hípicos** de agua, provocando que, por unos minutos, fuera posible celebrar el Campeonato de Descenso de Aguas Bravas, en el recorrido Plaza de Santa Ana – Paseo de la Estación – Hornos Caleros – Parque de San Antonio. Al menos, la avería tuvo a bien manifestarse explosivamente, lo que permitió detectarla***.

¿Es posible que la caída del desarraigado cedro provocase el desplazamiento del subsuelo y la consiguiente avería de la tubería? ¡¡¡NO!!! Aquí somos más de preferir la serendipia como motor de cambio, y no descartamos que en otro par de meses, en ese mismo lugar, impacte un meteorito o aparezca el alcalde inaugurando un tramo extra del carril-bici (sin aparcabicis).

Vamos a lo que importa, y que da lugar a este monumento artístico. Hemos de declarar y declaramos que, puesto que tanto el árbol como las tuberías existían previamente a la toma de posesión de la actual corporación municipal, por la presente, ésta queda EXONERADA de toda responsabilidad; es la gracia de la Herencia Recibida; a la que puedes invocar como al conjuro Expecto patronum o como a los fondos europeos Next Fustigation, esos que te permiten arreglar dos veces seguidas la misma calle, que tengo a mi amigo C. (que vive allí) fumando en pipa.

(*) En el Á.S.M. expresamos las medidas oficiales según el SMPF (Sistema Métrico Periodístico Fumbolero) en vigor.

(**) Adaptación local del SMPF. Medida de capacidad equivalente a 60 charcas raneras.

(***) No como en el garaje de mi bloque, que de repente apareció una humedad en la pared y la empresa de aguas negó repetidamente que fuera cosa suya (eran filtraciones de la calle, a pesar de que llevaba dos meses sin llover). Cuando la humedad se fue convirtiendo primero en un goteo y luego en un chorreo de agua limpia ya se decidieron a picar, viendo que ¡oh, fatalidad! sí era cosa suya. De hecho, sepan vuesas mercedes que cuando en periodo de sequía se hace eso de cortar el agua varias horas, uno de los motivos es reducir las pérdidas por filtraciones, que en algunas ciudades (y no quiero mirar a ninguna en concreto) pueden suponer más del 30% del consumo. Es un dato que «se sabe» (se puede estimar, cosa más difícil es localizar las pérdidas), pero por lo que sea no suele publicarse.

Vivienda unifamiliar con jardín inglés

En plena cuesta de enero de 2024, continuamos con el harte hastrafto del güeno. «Idealista» es una obra construida a la antigua manera pero representando conceptos modernos. El material principal es nuestro Granito Abulense™, complementado con elementos vegetales (hierbajos y zarzales, principalmente). Se ubica en una parcela de Las Hervencias, provisionalmente virgen de construcción o equipamiento. Como complemento a la obra, el espectador debe prestar atención al texto que el artista perpetrador recita a todo el que quiera escucharle:

Vivienda unifamiliar independiente con jardín, en zona residencial de lujo. Construcción tradicional con sillería de granito y cubierta vegetal evergreen. La vivienda está completamente equipada; dispone de calefacción por sistema geoesencial y certificado de alta eficiencia energuménica. En otoño, además, puedes practicar autoconsumo: alimentarte de las zarzamoras y capturar algunos animalillos; conducta que además de ecológica te ayudará a amortizar la deuda.

Idealista es un monumento concebido por su autor como una manera de representar los tiempos en los que vivimos, de un modo fidedigno, este momento en el que acceder a una vivienda (que nunca fue fácil) se convierte en una carrera de humillaciones. También es el momento en el que se acuñan nuevas palabras como coliving, cohousing, coworking o cojoning; del campo semántico de la vida achuchá. El artista sigue:

Cómodas facilidades de pago; los tasadores y comerciales de Idea Lista te acompañarán en todo momento para que el proceso de vender tu alma y la de tus descendientes hasta la 7ª generación sea lo más indoloro posible. Recuerda que puedes rentabilizar tu inversión subalquilando la vivienda por Airbienbi cuando salgas a hacer tus necesidades al jardín.

A ver, millenials, si Diógenes fue feliz viviendo en un barril, ¿no seréis vosotros afortunados de contar con una solución habitacional como ésta? No me seáis tiquismiquis; además, es una oportunidad de invertir; ya que alquilar es tirar el dinero y la vivienda siempre se revaloriza (estos son principios entrópicos inmutables). Cierto que la vivienda ofertada igual necesita una pequeña reforma para adecuarla al gusto del comprador, pero prácticamente está para entrar a vivir y por este precio no vais a encontrar nada mejor.

Se hace saber…

Comenzamos 2024 con nuevas entregas del Á.S.M, aunque retrocedemos al nº 88 que me había saltao. Los Pregoneros Digitales son unos monumentos de reciente adquisición por parte de la municipalidad, están desperdigados por nuestra bella urbe (muchos de ellos, ¡en rotondas!) y tras unos días de cierto titubeo, nos informan a los locales de un montón de eventos y eventualidades, así como la fecha, la hora y la temperatura en el exterior de nuestros estudios.

Los que tenemos cierta edad y/o hemos vivido en un pueblo recordamos la figura del pregonero, un señor (o señora, en el pueblo de mis padres era la Angelines) que armado con un estridente cornetín, y comenzando con la cantinela Se hace sabeeeer*, proclamaba a los cuatro vientos todo lo de interés que afectase a la población; eso que ahora nos llega por los medios de comunicación o vía redes sociales.

Como los tiempos avanzan que es una barbaridad, en Ávila nos han puesto unos carteles que permiten al viandante obtener esta información de modo visual. La mayoría están ubicados encima de un poste, como Simeón el Estilita; y hay otros más grandes colocados en zócalos o pedestales. He hecho la foto un día nublao, porque si les da el sol sale la cosa peor.

Panel de la catedral o del peso de la harina

A pesar de su elevado coste, son de tamaño inferior a los de otras ciudades vecinas. Además, por alguna extraña razón, el dato de la temperatura (que es el que más nos gusta mirar a los abulenses) estaba en un tipo de letra más pequeño; lo que dificultaba su lectura y aumentaba el riesgo de accidentes (de los conductores que apartan la vista de la vía para leer los cartelillos, forzando la vista). En el periodo de pruebas se aumentó el tipo de letra, con vistas a evitar esto.

(*) Como dato curioso e inútil, cuando el árabe era lengua cooficial en España, los pregoneros comenzaban su pregonación con una frase que viene a ser como el «se hace saber» pero en ese idioma: alaa ‘alima l‘aalimún; y que pasó a nuestro folclore pronunciada «a la lima y al limón» (cohonudos semos pa los idiomas), pero que se seguía utilizando, de alguna manera, sin perder el sentido original (por eso la canción «A la lima y al limón» realmente quiere decir «que sepa todo el mundo que no tienes quién te quiera»).

Parece una pregunta del teórico del carné… ¿Ánde hay que torcer? Pero no, es real; y la respuesta es la b.

«Señor, mándame una señal» es un monumento bíblico* que nuestro Servicio de Huebras ha erigido en el lugar antiguamente ocupado por la rotonda de la Avenida de la Estación, que forma la base de la nueva escultura/jápenin. Sobre ésta, se han erigido una serie de símbolos paganos en diversos materiales, que conforman un espacio de contemplación extática, mientras un monturro de tierra amenaza con engullirlo todo, como un Leviatán de escombros y biomasa.

Para la elaboración del conjunto, el autor se ha inspirado claramente en La Consagración de la Primavera, de Stravinsky; la rotonda destruida por el invierno (la única señal que languidece en el frío suelo es la del sentido de giro prioritario), pero cuando todo parece perdido y a punto de ser arrasado, gracias a la calefacción tubiductal, resurgen y brotan las indicaciones (como las flores en el prao) ahí a lo loco, señalando en varias direcciones; sin olvidar la de peligro ni las cintas esas rojiblancas que se suelen poner para indicar que no se pise lo fregao, conos multipurpose y una verja de obra apoyada sobre zapatas dóricas.

El conductor que recorre la Avenida de la Estación** alcanza esta intersección y de repente su alma se inunda de desorientación, eleva sus imprecaciones a los cielos y se pregunta Cuál Es El Sentido De La Vida, pues es evidente que es imposible cumplir todo lo que se le ofrece (y obliga) la señalética aquí expuesta. Ni colgao de las tuberías del Pompidou, ni subido a las fauces de Puppy Guggenheim se puede sentir esta epifanía del arte moderno. Que nos envidien los del MOMA y la TATE quieta.

El primer título de la obra iba a ser «Paquí-pallí-lagarto-Spock», pero se consideró que quizá el paquí y el pallí son más típicos de Salamanca, ciudad que habitualmente nos menosprecia, así que se optó por una versión más evangélica y abulense. Probablemente, esta obra ha sido cofinanciada por fondos europeos, lo que añade universalidad a la miasma. Por el lao de allí hay más señales igualmente confusas; de las que, por cierto, se puede observar el reverso (como en la exposición de El Prado esa que tienen con la parte de atrás de los cuadros, en Ávila nos adelantamos a todas las tendencias).

(*) En concreto, Mateo 12,38, panda de herejes y apóstatas.

(**) Antiguamente, Avda de José Antonio; que es la única calle personalmente dedicada que estaba en todos los callejeros y que nunca incluía los apellidos, como sí tenían las dedicadas a generales, coroneles y demás escalafón victorioso; José Antonio era un nombre suficientemente expresivo por sí solo; y se pronunciaba siempre con sinalefa, Jo-Sean-To-Nio. Que a los millenials os falta mucha retrocultura.

pero mira cómo beebeeen…

Con Abrevadero Postmedieval, el Á.S.M. vuelve a sus raíces; esta bella obra de arte como herramienta para la sociedad está realizada en nuestro Granito Abulense™ del güeno, y se ubica en plena acera, a la puerta de una vivienda unifamiliar de la Plaza de San Benito. Desconozco si es una ubicación temporal causada por las obras de remortadelación y estreñimiento urbano (que también han llegado a la citada plaza), o si lleva más tiempo, pero ahí estaba. La foto es algo crepuscular, porque me pilló volviendo de tomar unas cañas en ese popular y populoso barrio abulense; pero creo que hace justicia al estado del monumento.

Lo simpático de estas antiguas obras es que suelen estar realizadas a mano en una sola pieza de granito; recuerdo que en casa de mis abuelos, en el pueblo, había una de la misma factura, pero casi el doble de larga y ancha (algo menos profunda, eso sí) que usaba mi tía para lavar la ropa y otras tareas agropecuarias. Cuando se lo dije a mi padre (maemía qué animalada, tallar esto en un bloque de granito) me señaló que el brocal del pozo también estaba hecho de una pieza, vaciada para hacer un cilindro de más de un metro de alto y otro tanto de diámetro; según sus datos ambas las hicieron canteros de Mingorría* hace más de un siglo por el equivalente de 7 jornales; incluyendo el transport, la instalación y la garantía ampliada de 6 siglos. Pa´ flipar.

Una vez suprimida su funcionalidad original, estas obras pasan a ser verdaderas esculturas, pues son bonitas y se convierten en piezas de artesanía que de alguna manera nos recuerdan que el esfuerzo y el trabajo duro al final de la vida terminan siendo poco más que un adorno folklórico.

(*) «Mingorría, capital de Euskal Herría» según se cantaba en las fiestas; pues esta bella localidad fue fundada por presuntos vascos y es tierra de cantos y de canteros.

El bosque de hitos recortados (R-hitos) denominado «R-hitos iguales» se encuentra desparramado por el recinto jardinoso del antiguo Colegio de Huérfanos Ferroviarios, actualmente sede de la Universidad Católica de Ávila y de alguna cosa más; hay hasta un bar. El nombre del monumento homenajea a la tercera novela del Mundodisco, Ritos iguales*. Tiene unas vistas chulas de las murallas de Ávila.

Los R-hitos tienen un problema de hecho y otro de derecho. Por un lado, cada hito tiene una inscripción para cada promoción de alumnos de la susodicha universidad. Sin embargo, los hitos son… demasiado iguales, todos de reciente factura; por lo que el efecto de ese de ancestral tradición** que comenzó en el inicio de los tiempos y los estudiantes perpetúan año tras año queda bastante deslucido; es evidente que alguien tuvo la idea hace poco y se colocaron con efecto retroactivo y a la vez todos los R-hitos de las promociones anteriores. El estado inmaculado de las piedras así lo certifica.

El segundo problema es que el efecto estético que provoca el conjunto hitístico (o hitita) está lejos de tener como banda sonora el Gaudeamus igitur o el tercer minuto de Pompa y circunstancia; más bien evoca un réquiem o alguna música asín maomeno como el tema principal de La lista de Schindler. Vamos, que te da la sensación de que caminas entre cipos o estelas funerarias. Mal rollo.

(*) Ritos iguales es una novela sobre la igualdad de derechos (el título en inglés, Equal rites, suena mu parecidamente a «equal rights»), en concreto, entre hombres y mujeres a la hora de ingresar en la universidad de magia.

(**) La mayoría de las tradiciones ancestrales ni son tan tradicionales ni son tan ancestrales. Entre ellas me es especialmente odiosa la de colocar candados en las barandillas de los puentes como signo de amor parejil, pero hay muchas más. Qué coño, casi todo lo que se justifica diciendo «es que esto es tradición aquí» es una solemne chorrada o está camino de serlo.

¿Pa qué serán los cincuenta céntimos?

Ávila está petada de cruceros votivos (para ganarse el cielo), como ya expusimos en el Á.S.M. Pero las modas cambian, y ahora lo que se colocan son carteles votivos (para ganar votos). Si en el S. XVI se colocaba una inscripción «FULANITO DIO ESTA + ANO Ð 1523», ahora lo que se explone es que tal o cual horganismo púbico tuvo a bien gastarse unos dineros en lo que sea que esté detrás del cartel. Es una pena que no comiencen con la frase «A todos los que la presente vieren y entendieren», más que nada por dar algo de uso al futuro de subjuntivo.

Se supone que los que lo vemos y entendemos tendríamos que estar agradecidos, y poco menos que prosternarnos (excepto los que tengáis condromalacia) ante los carteles, y cantar viejas jotas abulenses en señal de júbilo:

Cae y cae la nieve,
Cae la nieve y todo se extravía,
El peatón que encanece,
Las plantas sorprendidas,
La curva de una esquina.

Sin embargo, el efecto suele ser distinto. Uno ve el cartel, mira el dinero que se han gastado, echa cuentas, y se queda más pallá que pacá. Sobre todo cuando ve cómo va quedando la obra y lo compara con lo que había antes.

(voz de niño de San Ildefonso) Un millooooon de euros

Sin dejar de agradecer a la JCyL, al EE (Estao Españó), a la UU (Unión Uropea) y a todos los demás financiadores de los carteles de autobombo (y las obras de detrás) todo lo que están haciendo por nosotros, la sensación que tenemos es que (a) una gran proporción es dinero tirao que se podría haber usado pa otra cosa y (b) o los presupuestos están inflaos, o aquí pasa algo raro. Que todavía macuerdo de que el estaribel pa poder saltar a la piscina costó cuatro veces lo que mi Peyó.

0-0

«Enroque» es un relieve colocado a la entrada del Jardín de la Viña. Representa el momento en el que el rey y la torre negras se cruzan, en el único movimimiento del ajedrez que implica a dos piezas del mismo color (si descontamos cuando el peón llega a la última fila y es promocionado -meritocracia- a una pieza distinta). He tratado de buscar el resto de piezas, infructuosamente. Así va todo en esta ciudad; a saber cuándo quieren inaugurar el tablero.

El ajedrez, el juego de mesa más noble, que decía Alfonso X (porque, a diferencia de dados o naipes, no influye el azar), es un juego de guerra; recordemos que originalmente las piezas representaban dos ejércitos con elefantes, caballeros y guerreros de distinto pelaje, con un rey y un visir; que en occidente cambió un poco y pasó a tener obispos* en lugar de elefantes y una reina que tiene más poder que el rey (pero es prescindible, remember, Leti).

¿Por qué se eligió este ajedrecístico momento? El rey comienza la partida en el centro político, pero cuando se empieza a liar y las piezas del enemigo se aproximan, rápidamente pacta con la torre (que está en la extrema derecha o en la izquierda) y se guarda detrás de los peones a cambio de seguir gobernando. Sin embargo, por algún trastoque semántico, el enroque en la política es el movimiento en el que un grupo o partido se planta en su posición y se niega a pactar o negociar con el resto aunque esto suponga un perjuicio para todos. Por ejemplo, en Ejpaña tenemos el enroque de la renovación del poder judicial, que está siendo un enroque muy largo**.

(*) En español seguimos llamando alfil (el elefante, en árabe) a la pieza que los ingleses llaman bishop, y que, ciertamente, en (casi) todo el mundo tiene pinta de ser como un peón con mitra*** de obispo. La palabra enroque tiene también que ver con el antiguo nombre de la pieza de la torre, «roque», que proviene del persa rukh (carro de guerra), y no tiene que ver con el perro de San Roque que no tiene rabo… Me estoy liando.

(**) El enroque largo es cuando el rey se cruza con la torre de la columna a, y el corto, con la de la columna h.

(***) Una mitra es lo que lleva en la cabeza este señor. Joer, que lo preguntáis todo.

el matimonio