El género epistolar nos plantea muchas preguntas. ¿En qué momento le pareció buena idea al autor escribir esta carta? ¿Qué sentimientos le embargaban mientras lo hacía? ¿Qué pretendía conseguir? ¿Habéis intentado conseguir un fontanero un sábado por la tarde?

Hace unos días, mi padre recibió una misiva que no sé muy bien como calificar. Qué cojones, yo la he leído y ya no puedo desleerla. Acompañadme en mi dolor. Aunque antes os daré un poco de contexto. El autor es un señor casi nonagenario que ha sido vecino de mis padres durante una temporada. Además de casi nonagenario, ente onvre —al que llamaremos a partir de ahora Efe— es bastante maleducado y asocial y más facha que un Land Rover corto. Así que todos los vecinos, salvo mis padres, le habían mandado a la porra y pasaban de él. A mi padre le daba pena y le llevaba en coche cuando le hacía falta hacer algún recado fuera de la urbanización o en la capital. Recalco: mi padre es el único vecino que le soportaba y le hacía el favor de llevarle y Efe le escribe esta sarta de burradas. Ahora sí, ahí va la primera página:

Primera página de la carta
Primera página de la carta

Ignoremos por completo el uso creativo de la puntuación —y el leísmo galopante— y vayamos al turrón. El primer agravio ha caído como una losa sobre nuestro protagonista. Él se molesta en enviar una crema maravillosa —y muy española— a mi madre —sin acertar su nombre— y el paquete le ha sido devuelto. Coño, es posible que si escribes los nombres de las personas a las que quieres que lleguen tus cartas, el cartero consiga identificarlas y entregar los paquetes, Efe. Pero es que esta carta ha llegado de chiripa, porque el nombre de mi padre tampoco lo has acertado, Efe.

Pero, claro, no sabemos si le ha sentado peor que no llegara a destino la crema de aloe vera o la nota sobre el «atraco» al Banco de España. Es un pena que el paquete no llegara, porque ahora siento auténtica curiosidad sobre ese otro documento «que no recuerda», pero que sería algo sobre «fechorías social-comunistas». No sé cómo nos atrevemos a rechazar un regalo de alguien que «no es de derechas ni de izquierdas».

Se masca la tragedia. Del cordial «Apreciado amigo» del comienzo, la cosa ha llegado a mitad de la epístola a «anti-españoles», «terroristas, secesionistas, comunistas y enemigos de España». Apreciado amigo: lárgate de España.

Chico, eso ha escalado rápido

Estoy un poco desconcertado con lo de la «ideología de las naciones». Si toda una nación tiene una misma ideología, ¿cuál sería la de España, Efe? ¿La tuya o la del PSOE «social-comunista» que votaron los españoles? Debe ser que hay muchos anti-españoles y así no vamos a ninguna parte como nación. O como unidad de destino en lo universal. No se nos resuelve la cuestión, pero sí que aprendemos que Suecia, toda ella, es social-demócrata. Apuntaremos aquí que una hija de Efe tiene doble nacionalidad sueca-española y que, residiendo en España, recibe una beca de investigación de Suecia. O sea, que lo de las paguitas y el socialismo está de puta madre cuando me conviene a mí…

Se acerca el momento de la despedida y todo se precipita y se vuelve confuso. Por un lado, agradece la ayuda de mi padre y promete no olvidar. A pesar de ello, le echa en cara que viera «el mantra de derechas» (sic). Pues no sé, Efe, creo que mi padre te da mil vueltas, porque a pesar de tu facherío y gilipollez nunca dejó de echarte una mano. Debe ser que él, al contrario que tú, si que ve a la persona detrás de las ideas, aunque las ideas sean una sarta de burradas. Y he aquí que llega el agravio final. A uno de tus WhatsApps delirantes, mi padre te contestó que ya hablaríais en otro momento porque tenía invitados y estaba encendiendo la barbacoa.

¿Cómo se atreven estos putos rojos a responderme así? ¿O a tener barbacoa? ¿O quizás a comer todos los días? Block, report y aviso a Arroba Policía, hombre ya. Un cordial saludo, eso sí.

Espera un momento. ¿Qué es eso del anexo? Atentos al giro de guión.

Segunda página de la carta

No os lo vais a creer, rojazos. He conminado en hasta tres ocasiones a Rajoy para que entregue las armas y dimita. Aunque esto es otra historia que merece ser contada en un próximo post…

Banda sonora recomendada
Caminante no hay camino…

Qué curioso, hoy toca otra estatua de Santa Teresa. En Ávila somos así de originales, ya saben ustedes, si han leído entradas como el Contador de Teresas. Esta se ubica frente a la entrada del Convento de La Encarnación, en el que la Tere vivió durante sus primeros años como monja. La foto la ha hecho mi señora, por cierto, que suele pasear por aquella zona. Un día nublao, que al ser una figura de piedra oscura tiene su mérito que salga mona.

La escultura tiene su historia. En aquel tiempo postmedieval, los conventos, además lugares de castidad, pobreza y oración, también lo eran de retiro para mujeres nobles que enviudaban. En los conventos encontraban un lugar tranquilo donde terminar sus días; y a cambio de una generosa dote, tenían ciertos privilegios (criadas, visitas, wifi en las habitaciones, y otros lujos). Y todo ello sin tener que aguantar a ningún señorito pesao. Un win-win.

Esto afectó a la conciencia de Teresa, que decidió poner tierra de por medio: se salió del convento y fundó su propia órden, más austera; que comenzó en el convento de San José y la llevó a recorrer toda la geografía española abriendo sucursales. La escultura la representa así, «la santa andariega», armada con una buena garrota por si acaso, que ya en aquel tiempo había mucho gilipollas.

La empresa era peligrosa, no sólo porque que una mujer se dedicase a organizar algo era raro; sino porque sus ideas de renuncia y austeridad podían asimilarse a las de la reforma protestante; por ello fue investigada por la Inquisición, siempre con el mechero a mano. Incluso después de muerta, su figura ha dado lugar a divertidas discusiones sobre lo que una mujer puede ser o no ser.

Qué pasa, tronco

Llega a nuestra sección una de las rotondas que inaugura una serie de «rotondas baratas». La época postburbujil fue todavía peor para Ávila que la época postmedieval, y -en el tema rotondero- dio lugar a una serie de erecciones caracterizadas por la escasez de fondos, suplida con creces por una escasez de imaginación sin precedentes y -en ocasiones- con un exceso de improvisación.

En una de las rotondas de la AV-500 (Carretera de Ávila a El Espinar), cocrétamente en la intersección con las calles Cronista Ruiz Ayúcar y Av. de la Unión Europea, se ubica este tarugo (probablemente, de un olmo, aunque no lo puedo confirmar). Todo en su disposición refleja este estilo postburbuja al que aludíamos, de tal manera que el transeúnte sólo puede exclamar «pa eso mejor haberlo dejao como estaba».

En fin, el arte es todo aquello que nos causa emociones, y este tronco tirao de cualquier manera nos las causa. Así que demos por buena esta hovra, que recuerde a las generaciones futuras que alguien en algún momento pensó que eso hacía bonito. Como el tronco que hay en la rotonda del Cylog, por cierto, todavía más cochambroso.

A VER, PINTADLO DE ARCO IRIS, PONED UNA POESÍA DE MACHADO ALREDEDOR, COLOCADLO AL REVÉS CON UN NIDO DE CIGÜEÑA ENCIMA, O NO PONGAIS NADA.

Segunda unidad al 50%

Continuamos con las entradas dedicadas a Santa Teresa con un Pack Descuento. Porque, de la misma manera que a veces, cuando compras el champú, te viene emplastificao tojunto con un botecillo de suavizante de regalo, con la figura anterior (Qué he hecho yo para merecer esto) venía incluido esta otra, formando lo que parece ser un Jrupo Hescultórico. Muy disjunto, por otra parte; comparen vuesas mercedes el estilo más moenno de la anterior escultura, que parece surgir del bloque de piedra inacabado, con este chirimbolo estilo good ol’ days, que lo mismo podría parecer un monumento al leninismo que una pieza dedicada a los 25 años de paz.

Las air jordan postmedievales

He tratado de analizar e interpretar la obra, y es complicado decir algo coherente sobre ella. O incoherente. Vamo a ello. Al principio pensaba que las dos figuras de abajo eran una anunciación, pero en la wiki pone que las 3 figuras son ángeles (enzerio, yo tengo mis dudas). A ver (afoto ut supra) el que sujeta el libro está levitando, lo que ya de por sí da idea de que algún superpoder tiene que tener, pero fíjense bien en la siguiente imagen:

Fiat y no corras

El ángel de abajo -si es que lo es- no levita, es algo duro de oído y no tiene cabello de ángel como los otros (me refiero a los pelos, no al relleno de bayonesas o ensaimadas) y posa la mano en plan «puedo prometer y prometo» sobre un libro que sujeta el ángel levitador; en el libro se lee la siguiente frase: fiat voluntas tua sicut in caelo et in terra, que podríamos traducir como «Tu Fiat es como mi Seat pero en otras tierras». Por lo tanto, tampoco es una anunciación (en ese caso, la frase sería «Fiat mihi secundum verbum tuum«, que es un modelo de Fiat distinto). Podría ser -aquí va mi teoría- la propia Santa Teresa ante un notario, al formalizar el préstamo de la compraventa del coche, por ser importe superior a 30.000 €.

Si seguimos ascendiendo, veremos una posible finalidad de la estatua, y es la de servir de posadero a la fauna abulense. Un bello ejemplar de Passer domesticus nos contempla, altivo y circunspecto:

Gurriato

Para rematar la escultura, el ángel superior está sujetando… o bueno, en realidad no está sujetando, una estrella de cuatro puntas que flota sobre las ondas; es el símbolo de la OTAN, por lo que podría ser el Ángel Exterminador. Y, por cierto, ¿qué son esos brazos dislocados que aparecen trincando la estrella? ¿Las manos invisibles del mercado?

¿Josep Borrell?

Concluyendo, esto no tiene ni pies ni cabeza, pero sabemos que está relacionado de alguna manera con Santa Teresa (lo ponía en el ticket de compra). Está en un rincón algo umbrío, bajo la torre más alta de la muralla y se ha ido cubriendo de verdín por la cosa de las inclemencias, lo que le da un cierto aire de abandono, pareciendo más antiguo de lo que es. Y, lo que es peor, queda eclipsado por las demás figuras que tiene a su alrededor y la gente no se hace selfies delante de él, por lo que, además de un incomprendido, quizá sea el más melancólico de nuestra ciudad.

Cylog

Aquí está la última entrada de junio en el Ávila Road Museum, ese museo disperso por las rotondas de nuestra amada ciudad. Hoy tenemos uno de los más innovadores, el Monumento al Cylog (ojo, se pronuncia «Fronkonstin»), ubicado en una rotonda del Paseo del Cementerio. Se trata de un chirimbolo de material grisáceo, colocado excéntricamente en una rotonda cochambrosa.

Y se preguntarán ustedes… ¿Qué cohone es un cylog? Los aficionados a la ciencia fricción o a la cocina molecular seguro que ya saben que los cylogs son criaturas humanoides similares a los golem, pero hechos de patatas revolconas en lugar de arcilla, y el chem está escrito en un torreznillo. Para los no iniciados, el chem contiene las instrucciones cargadas en su cerebro biónico, que le servirían para desenvolverse en nuestra ciudad; con frases como «ponte la rebequita que luego refresca», «¿qué tienes de pincho?», «pa ir allí tardas menos andando que en coche» o «la calefacción no se enciende hasta que no lo diga la Santa».

Hay quien sospecha que algunos de los próceres abulenses (alcaldes, obispos, delegados, cuneros…) podrían haber sido realmente cylogs, infiltrados por nuestros enemigos segovianos o por los separatistas de Arévalo; programados para parecer que hacen algo, pero que realmente han estado saboteando el progreso de nuestra ciudad, dejándola inmersa en el marasmo y la atonía; todo esto desde la época postmedieval u antes. Esta teoría conspiranoica incluso defiende que este monumento, que está como camuflao y sin llamar la atención, realmente sería un portal para acceder a las dimensiones-mazmorra desde las que se controlan los cylogs.

Segunda entrada consecutiva dedicada a Santa Teresa. Esta se denomina «Qué he hecho yo para merecer esto», y a diferencia de la anterior, su ubicación ya no es al 100% en la plaza de Santa Teresa, existen dudas de si está en esta plaza, o si eso ya es el Paseo del Rastro, o si sigue siendo la Calle San Segundo, o el jardín Rodríguez Almeida. Pero vamos, que está enfrente de la otra.

Si la primera estatua de la Tere, la que corona la palomilla, la muestra un poco extática y agarrando un libro cerrao; en ésta, con su pose, parece preguntar a los cielos «por qué a mí», sin duda, refiriéndose a la dispersión de sus restos. Porque, a pesar de que cuando veía próxima la muerte pidió ser enterrada en cualquier sitio bien tapado, poco le duró el descanso. Para empezar, murió el 4 de octubre de 1582, y fue enterrada al día siguiente, el 15 de octubre. Ni el calendario se portó bien.

Inicialmente fue sepultada donde le pilló la parca, en Alba de Tormes. El obispo de Ávila quiso trasladarla a nuestra ciudad, pero no contaba con que aquella localidad salmantina, si bien de menor rango que su episcopado, era la patria chica del ducado más famoso y jrande de España, y el duque le dijo al obispo que calladito estaba más guapo. Pero lo que no pudo evitar es que empezase el despiece…

Ronda de marcadores, minuto y resultado:

  • El brazo izquierdo y el corazón, en unos relicarios junto al cuerpo incorrupto (o lo que queda), en Alba de Tormes.
  • El pie derecho, parte de la mandíbula superior y del cráneo, y varios dientes están en Santa María della Scala y San Pancracio, Roma.
  • Una mano en Lisboa.
  • El ojo izquierdo y la otra mano (que Franco conservó hasta su muerte), en un convento de Ronda.
  • Tráquea, en Nápoles
  • Clavícula derecha y uno de sus dedos, en Bruselas (Bélgica)
  • Clavícula izquierda, en el convento de San José de Ávila
  • Dedo meñique de la mano izquierda: Iglesia-convento de la Santa (Ávila)
  • Más dedos, en París (Nuestra Señora de Loreto), Sanlúcar de Barrameda, Roma (Convento de Medina Coeli), Sevilla, Gante, Amberes.
  • Una costilla en el Desierto de Sant Angelo (Lombardía)
  • Muelas, dientes y uñas, en Toledo, Santiago de Compostela, Puebla (Méjico), Milán, Nápoles Malagón.
  • Trozos de carne, en los conventos de Carmelitas descalzas de Madrid, Valladolid, Malagón, Salamanca, Segovia. Beas de Segura, Villanueva de la Jara, catedral de Nápoles, basílica de Santa María la Mayor de Roma.
  • Trozos de huesos, en los conventos de carmelitas descalzas de Palencia y Sevilla.

La escultura, para no sufrir el mismo destino, está realizada en pedrusco postmedieval del caro. Y forma parte de un grupo escultórico (al parecer, venía incluido en el precio) que se complementa con un obelisco-chirimbolo que se encuentra detrás, y que detallaremos en el siguiente post.

Bosón de Higgs

Como dijo el sabio, «la cencia no se ace sola, ahi que acerla». Y en esta rotonda, denominada Glorieta Isabelo Álvarez, se ubica uno de los monumentos más centiéficos de Ávila, el monumento al Bosón de Higgs, inaugurado recientemente. Siguiendo la moda, está realizado en fierro morroñoso; pero con la particularidad de utilizar nuestro pavimento favorito -¡el adoquín!- como medio de expresión artít-tica.

Como podrán observar vuesas mercedes, el bosón es una partícula fundamental, representada por la esfera morroñosa que saldría disparada desde nuestro LHC (Large Hadroquin Collider) para ser detectada con su campo asociado (representado por una figura envolvente espiralidosa, también de fierro morroñoso). Junto con los adoquines, hasta la señal de tráfico parece participar en este bello homenaje, indicando cómo giran los haces de partículas a velocidades rapidísmias, siguiendo los caminos marcados por los campos magnéticos y (en su caso) la policía municipal.

Las partículas pueden salir disparadas hacia la C/Canteros, al Paseo de la Encarnación, al Paseo del Cementerio en dirección Ávila, al Jardín de la Viña, a la C/Félix Rodríguez de la Fuente, o al Paseo del Cementerio en dirección al susodicho. Todo es supersimétrico en esta rotonda. Incluso los adoquines están mejor colocados que en algunas calles.

A ver, ya somos todos mayorinos y sabemos que los fabricantes de hamburguesas quieren vender hamburguesas y que los fabricantes de coches quieren vender coches. Lo que me resulta fascinante es que ya te digan tan descaradamente que te compres la hamburguesa y que no hace falta que te la comas. Que te la puedes insertar en el recto si te place, pero que se la compres a ellos. Porque el que compra su hamburguesa es una persona guay, concienciada y responsable. Es una hamburguesa verde, ecológica y amiga del medio ambiente, claro. Pero que no hace falta que te la comas, de verdad. Basta con que la tengas en el frigorífico, abras de vez en cuando la puerta del mismo, mires tu hamburguesa y sientas que estás «haciendo algo» por el planeta.

¡Qué exagerado eres, Baku!, diréis. JA. Ayer me topé con el anuncio de un coches que dice exactamente lo que os estoy contando. Sólo que no lo dice de una hamburguesa sino de un automóvil de precio a partir de 26.000 boniatos. Vedlo vosotros mismos, que son quince segunditos de nada.

Si no te sientes mejor persona con este carro en el garaje, es que no tienes remedio.

Os juro que fue verlo y pensar que quién sería el genio que ha dado el visto bueno a este disparate. No se me ocurre algo menos ecológico que fabricar un coche para no moverlo. Cuando lo que deberíamos procurar es que esté moviéndose el mayor tiempo posible. Y estamos jodidamente lejos de ello, como bien explica Marcos Martínez en este hilo de Twitter sobre el factor de simultaneidad.

Y es que, aunque te sudara mucho la polla el cambio climático, adquirir y mantener un coche es bastante caro. Así que comprar uno para «mirarlo» no parece una opción muy inteligente desde un punto de vista puramente económico. Pero es que, encima, que tú te compres y utilices un coche tiene un coste oculto para el conjunto de la sociedad del que no eres consciente porque ya se encargan los fabricantes de automóviles de gastar más de 4.000 millones de euros al año, sólo en Europa, para «transmitirte los valores positivos del invento». Y para hacerte creer —no sólo que eres más guapo, más sexy y más sostenible— que eres libre para hacer lo que te pete, cosa que acaba teniendo divertidas consecuencias.

Así las cosas, soy de los que aplaudió muy fuerte la iniciativa Z.A.P., del colectivo Homo Velamine, para acabar con la publicidad de automóviles. Si fue posible hacerlo con el tabaco, no veo por qué no deberíamos soñar lo mismo en este caso. Y me congratulo por lo lejos que ha llegado la cosa mientras yo estaba ocupado estudiando oposiciones y sin pisar por aquí.

¿Qué os parece?

Banda sonora recomendada

La palomilla

En estas fechas veraniegas de orgía y desenfreno he dejado programadas algunas entradas para el Street Museum relacionadas con Santa Teresa, una de nuestras patronas (que tenemos varias). Comenzamos por su más alta efigie, una escultura como de un autobús de altura, dedicada conjuntamente a las Jrandezas de Ávila, pero coronada por Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada; incluso por encima de otra de las hojomeneadas, la ya citada en este bló, Isabel de Castilla, en un imperdonable error de protocolo.

Atiende al nombre de «La palomilla», no me pregunten por qué, y es una especie de «paseo de la fama» avant la lettre. En cada uno de los lados figura una relación de famosos abulenses: Santos, Escritores, Políticos y Guerreros (sic). Al parecer, no vale repetir, porque Teresa habría podido estar en todas, sobre todo en la de guerreros (preguntadle -con la ouija- a la Princesa de Éboli). La relación es postmedieval y no se renueva desde la inauguración del monumento, algo a lo que desde este bló animamos; pofavó, que será digno de ver la que se lía para ver quién aparece en alguno de los epígrafes. En la de políticos probablemente haya que establecer categorías por peso, como en el boxeo (y no estoy pensando en nadie en concreto). La de guerreros se completaría con deportistas y cortadores de jamón, que son lo más parecido que tenemos ahora en cuanto a defender nuestra bandera allende los mares.

El monumental monumento se ubica (oj, casualidad) en la Plaza de Santa Teresa (que los abulenses conocemos como «El Grande» o «El Tontódromo»). No está en el centro, aunque sí en su eje central; mirando hacia la muralla (y hacia otra estatua de ella misma, que todavía no podemos desvelar hasta que no aparezca en el bló) y con la Iglesia de San Pedro a sus espaldas. Durante unos 20 años estuvo en el Jardín del Recreo, en el lugar donde ahora podemos admirar la hovra «Jurassic Park«. Se trasladó a aquel parque conjuntamente con un bello templete músico-festivo que también estaba en la plaza de Santa Teresa (y que, en este caso, allí sigue), cuando la plaza se convirtió en un parking vigilado por «El Fórmula», famoso gorrilla abulense que, injustamente, no figura en la relación del monumento, siendo -en su momento- más conocido que la mayoría de ellos.

Metaaaal

Llega al Ávila Road Museum una bonita y reluciente hovra denominada «Compañeros del Metaaaal». Se encuentra en la Plaza del Ejército (de La Flor Valenciana, para los locales) en otra rotonda triangular (como la de Los Tres Cerditos), pero que con la semipeatonalización de la plaza ha disimulado su condición de figura rotondera. Sin embargo, en su origen lo era.

A diferencia de la mayoría de piezas metálicas que componen el Ávila Road Museum, ésta no está fabricada en fierro morroñoso, sino en un refulgente y bruñido metal inoxidable marca Acme. Y, como otros de los chirimbolos de nuestra ciudad, con una múltiple y metafórica dedicatoria. Por un lado, Compañeros del Metaaal hace referencia a los trabajadores de la antaño floreciente industria abulense del metal y la automoción. Por otro, es una dedicatoria al país considerado como el paraísö mündial del heavy metal: Finlandia.

Indudablemente, la elección de este metal, en detrimento del morroñoso, y su disposición en ordenado caos, también hace referencia a los bloques de hielo de la Fortaleza de la Soledad de Superman (la casa de verano del hombre de acero), ubicada un poco más al norte de Rovaniemi (en Finlandia, claro). Por si fuera poco, es gimnasio pokémon.

Por último, algunos ejpertos consideran que todo esto son pajas mentales. No duden en visitarla y expresar su opinión, a ser posible sin utilizarla como urinario público (véase la afoto), entrando por el otro lao.